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¡Ah, que difícil será ganarle al progresismo en 2026!

El líder progresista y hoy presidente de Colombia, viene sosteniendo un contacto diario y permanente con las comunidades como si estuviera el la recta final de una campaña electoral, pero con la claridad y capacidad de resolver más que prometer.
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Álvaro Montoya
Crédito
Ecos del Combeima
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31 Mar 2024 - 10:37 COT por Álvaro Montoya

Este 5 de abril cumple 3 años el radicado proyecto ¨Ley de Solidaridad Sostenible¨ que en realidad era la tercera reforma tributaria presentada por el entonces presidente Iván Duque y su no bien ponderado ministro Carrasquilla, con la cual pretendía recaudar 23 billones de pesos, pero que finalmente sirvió como florero de Llorente para el estallido social que cambió el dial del poder gubernamental en Colombia y el voltaje de la confrontación política nacional.  

Momento histórico que detonó un giro obligado hacia la izquierda progresista y que precisamente ahí en ese momento se radicalizó toda una campaña contra el gobierno central. Tiempos de pospandemia donde todo parecía estar mal y la condición social no permitía ver otra cosa y otra opción más que el cambio, hasta que finalmente se rompió el cause y el cambio llegó. Muchos piensan que el cambio aún no se ve y no se nota, y otros muchos creen que ha sido bastante silencioso; pero en política tal como afirman los expertos lo que más rinde es aquello silencioso que no se ve y no se evidencia.

Como para echar más leña al fuego y avivar la hoguera, sería bueno considerar algunos hechos relevantes transcurridos durante este gobierno, y que hoy no se puede cuantificar ni medir electoralmente, y que tampoco da para calificar si el Gobierno lo está haciendo mal o bien, porque pareciera más bien un mero cálculo político en el propósito fundamental de continuar el legado del líder progresista más sagaz e inteligente de los últimos años en toda América Latina.

El líder progresista y hoy presidente de Colombia, viene sosteniendo un contacto diario y permanente con las comunidades como si estuviera el la recta final de una campaña electoral, pero con la claridad y capacidad de resolver más que prometer. Es que ya gobernó 4 años el Distrito Capital y lleva 2 en el gobierno nacional, y nadie puede ignorar que sabe de sobra lo que está haciendo y si lo hacen es porque lo quieren desestimar, pues no hay peor ciego que el que no quiere ver; y así a muchos les parezca que no le está rindiendo, toca recordarles a Napoleón cuando decía vístame despacio que tengo prisa, queriendo decir que toca llegar a tiempo, pero igualmente bien vestido.

El progresismo quiere llegar a las elecciones 2026 a tiempo y bien organizado, y quizá por ello está priorizando lo social y todo aquello que pueda capitalizar políticamente en los próximos 2 años, como por ejemplo el programa de Colombia Mayor con un aumento a $225.000 para adultos mayores de 80 años, Renta Joven cuya entrega empezará en abril de este año, sumado a la política de gratuidad educativa en cualquier Institución Pública de Educación Superior del país en el entendido que el 95% de los estudiantes de estas 67 I.E.S. pertenecen a los estratos 1, 2 y 3, Incluyendo también la gratuidad en escuelas de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional. Para el campo también el gobierno busca afanosamente entregar tierra y crédito subsidiado a los campesinos, y lleva ya, más de 100.000 hectáreas compradas buscando completar en los próximos años la meta de las 1´500.000 hectáreas prometidas.

Además de lo anterior, el progresismo viene fortaleciendo sus ya buenas relaciones con la confederación nacional y todas las juntas de acción comunal y asociaciones campesinas del país, para desarrollar directamente y con ellos gran parte de las obras que se requieren; es que allí son más de 660 mil colombianos ejerciendo poder y trabajando para su propia gente. Al igual que con las madres cabeza de hogar con hijos menores, a las cuales les llegará todo el apoyo gubernamental en materia de subsidios de vivienda represados de por sí, y que se ve venir en los próximos 2 años impactando familias enteras cuando el programa de autoconstrucción inicie y cree arraigo, vinculando en ese proceder hermanos, cuñados, hijos, etc, etc. 

Y es que también los servidores públicos de todo el país, incluyendo docentes y militares, están dichosos pues están recuperando capacidad adquisitiva y vienen siendo consentidos con buenos incrementos salariales y primas extraordinarias por dos años consecutivos, sin contar los 2 que faltan por transcurrir.

Para cerrar toda esta estrategia social de fortalecimiento político, dejamos en salmuera la política de inclusión productiva y económica diseñada para la economía popular, que supera las 5 millones de unidades productivas y los 13 millones de colombianos que siguen en la informalidad, y que el gobierno nacional tiene para ellos cerca de 7 billones de pesos una vez se conozca en 2025 los resultados del Censo Económico Nacional y logre determinar las necesidades empresariales más urgentes de estos micronegocios para llegarles con capital semilla y crédito especialmente subsidiado.

Y para las presidenciales debe esperarse una campaña política mucho más osada y contundente que la vivida con la Alianza Democrática de los años 90 que encabezó el Dr. Mario Laserna y la misma que ganó el Pacto Histórico en la pasada contienda electoral, comprometiendo esta vez, lideres de otros partidos como el experimentado Roys Barrera ya no para el Congreso Nacional sino para el mismo cargo presidencial a nombre de un progresismo democrático menos radical. Proyecto presidencial también soportado económicamente por empresarios aliados que han demostrado gran interés por acompañar las propuestas progresistas de este gobierno como grupo Gilinski entre otros muchos. Así las cosas, le haya ido bien o no al país, parece mucho más difícil derrotar el progresismo en 2026.