Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Nacional
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

Crónica. La comunidad armerita mantiene viva la memoria y la esperanza

Aunque la ley de honores no se ha llevado a la práctica, se abre paso el proyecto Geoparque.
Imagen
Crédito
Ecos del Combeima
13 Nov 2022 - 8:05 COT por Ecos del Combeima

“Padre rico de misericordia, haz que mediante la solidaridad, el trabajo y el tesón de las gentes de esta tierra, surja, como de entre las cenizas, una nueva ciudad de hijos tuyos y hermanos, donde reine la fraternidad, se renueven las familias, se llenen de pan las mesas y de cantos los hogares y los campos”. 

Con esta oración que pronunció el Papa Juan Pablo II, cuando visitó el Camposanto de Armero, y que quedó grabada para siempre en su memoria, Luis Fernando Monroy recuerda la dolorosa tragedia del 13 de noviembre de 1985. La avalancha que cayó sobre la Ciudad Blanca, le arrebató la vida a cerca de 20 mil armeritas, entre ellos a sus padres Floro Monroy y Trigueña Uribe. 

Luis Fernando se salvó de milagro gracias a que alcanzó a evacuar con un amigo en una motocicleta hacia el sector de Las Lomas de Pindal. Hoy, 37 años después de la tragedia, recuerda con nostalgia la pujanza de Armero, llamada la Ciudad Blanca por sus productivos cultivos de algodón.
 
Esta vez, la maleza y el bosque, que han crecido desordenadamente, no nos permitieron llegar al punto exacto donde quedaba la vivienda de su familia. “Me encuentro con que las ruinas están en deplorable situación de abandono y olvido del Estado”, indica.
 
En el recorrido por el Camposanto, nos encontramos con Hernán Darío Nova, quien en el Centro de Visitantes, se encarga de mantener viva la historia con el Armenoscopio, en el que aparecen fotos de los lugares más emblemáticos de la Ciudad Blanca.

Todos los días da lecciones, como él las llama, sobre lo que era Armero, sus empresarios y sectores más representativos. Por ejemplo, recuerda la historia de Gaseosas La Bogotana, que calmaba la sed de quienes allí habitaban, y la tumba de Omaira, la niña que se convirtió en símbolo de esta tragedia.

Imagen

El Geoparque

Con epicentro en las ruinas de Armero, desde el año 2016, los departamentos de Tolima, Caldas, Quindío y Risaralda trabajan unidos con una propuesta para postular ante la Unesco la declaratoria del Geoparque Volcán del Ruiz. 

Juan Pablo Arbeláez, gerente de la iniciativa del Geoparque Volcán del Ruiz, señala que esta propuesta apunta a potencializar el turismo sostenible como también a conservar el patrimonio geológico.  Ese proyecto es visto con esperanza por los sobrevivientes de la tragedia de Armero.

Una ley que es letra muerta

En 2013 se aprobó la Ley 1632, que rinde honores al extinto Armero. Sin embargo, esa norma no se ha llevado a la práctica y no es más que letra muerta. Por eso, la representante Martha Alfonso lidera la convocatoria de un debate de control político para exigir su cumplimiento.
 
Aún así, los armeritas conservan la esperanza que algún día se implemente la ley y que en el lugar que quedó sepultado por la avalancha surja un proyecto turístico de gran impacto que contribuya al desarrollo económico de esa región. 

“Es que de las grandes dificultades aparecen las grandes oportunidades. Aquí hay una gran oportunidad para atraer turistas de todas partes del mundo, como sucede con el Parque Arqueológico del Vesubio, donde llegan a conocer las ruinas de Pompeya”, indica.
 
En medio del dolor de estos 37 años de la tragedia, los armeritas mantienen viva la esperanza y están convencidos que le pueden aportar mucho al desarrollo del país.