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Muerte del celador de Equus, ¿homicidio o suicidio?

Fernando Merchán es la nueva víctima en la investigación por el crimen de Yuliana Samboní, un caso que tiene como principal sospechoso a Rafael Uribe Noguera.
10 Dic 2016 - 8:17 COT por Ecos del Combeima

La muerte de Fernando Merchán, el hombre de 58 años y quien estaba de guardia en el edificio Equus el día del crimen de Yuliana Samboní, es ahora la nueva ficha pérdida del ya complejo rompecabezas de un crimen que tiene consternado al país.   

Merchán era un hombre dedicado a su trabajo, los vecinos lo definen como una persona tranquila que no tenía problemas de ninguna índole. También dicen que en navidad era una tradición en su hogar -compuesto por él y una hija- la limpieza de piso a techo, este diciembre no sería la excepción.

Ahora el destino truncó el plan compartido por años con su hija. Merchán se convirtió sin querer en una pieza clave en la muerte de Yuliana y al parecer decidió quitarse esa carga de encima.

Merchán era el guarda de seguridad que estaba de turno la fatídica mañana del domingo 4 de diciembre cuando Rafael Uribe Noguera entró a su apartamento de la calle 66 con carrera 5 con la niña de siete años. La misma que horas después fue encontrada muerta en el jacuzzi por la Policía.

Como una bola de nieve, el caso ha tomado tal fuerza que Uribe estuvo a punto de ser linchado al salir de la clínica Navarra. Hoy está en la cárcel La Picota aislado, con la angustia de haber involucrado a sus dos hermanos y de tener buena parte del aparato judicial investigando un crimen del cual los colombianos claman justicia.

Mientras la Fiscalía recoge y analiza más pruebas, el vigilante, pieza clave, apareció muerto en el baño del segundo piso de su casa ubicada en el barrio Castilla, centro occidente de Bogotá. Fue su hija la que encontró el cuerpo al mediodía de este viernes.

La muerte de este vigilante es confusa y las autoridades están recabando toda la información. Aunque las pesquisas iniciales indican que se trata de un suicidio, la Fiscalía no descarta un homicidio.

Lo cierto es que la mayoría de los indicios señalan que Merchán se quitó la vida. La primera evidencia es la carta escrita de su puño y letra en la que asegura que es inocente y que no quiere volver a la cárcel. La escueta misiva no especifica por qué lo dijo y si su mensaje está relacionado con la muerte de la menor. Dejar un mensaje explicando las razones por las que se quita la vida es una práctica usual en los suicidas.

Una razón más se suma a la evidencia que señala que la muerte del vigilante no fue causada por otra persona. La Fiscalía confirmó que Merchán era parte de la investigación y había rendido una entrevista por el caso de la menor, “orientada a conocer todas las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrió el deceso de la niña”, se lee en un comunicado del ente acusador y que deja claro que el hombre conocía parte de la historia de lo que pasó.

Otro elemento adicional que apunta a la tesis del suicidio es que las puertas y ventanas de la pequeña casa del conjunto Jardines de Castilla no fueron violentadas, lo que descartaría la hipótesis de un presunto agresor que habría cometido el homicidio. Además el informe de las autoridades indica que tiene cortaduras en sus muñecas.   

Para descartar cualquier malentendido, la Policía recogió un video de una cámara de seguridad que muestra la calle peatonal por la que se llega a la casa. Con esas imágenes la Fiscalía y la Policía buscan se descartar el ingreso de un asesino a la residencia.

El informe de Medicina Legal determinará la causa del deceso del vigilante en un caso que cobra una nueva víctima y que la agrega un ingrediente inesperado a este complejo caso. Nota Original (Click).