Con el objetivo de incentivar a la reflexión y evitar que se continúen incrementando los casos de muerte a mano propia en la capital tolimense, en la mañana de hoy, Ecos del Combeima realizó una entrevista a un ciudadano bogotano quien días atrás intentó acabar con su vida en las instalaciones del puente de la variante de Ibagué, pero que luego de recibir algo de ayuda entendió que ésta no es la salida a los problemas. 

Sin embargo, para proteger su identidad y evitar que sea estigmatizado, decidimos identificarlo para esta entrevista como Camilo Durán. 

Así las cosas, pudimos establecer que Camilo es un hombre joven, quien en los últimos meses tuvo que afrontar una serie de dificultades que lo llevaron a caer en una profunda depresión, de la cual por poco no puede salir. 

Todo inició con los problemas en su hogar, de tal manera que por algunas malas decisiones, dice él, terminó perdiendo a su esposa. Posteriormente fue despedido injustificadamente de su trabajo y se fueron acumulando los malos momentos que lo encaminaron en la soledad y pensamientos negativos. 

"Dejé de dormir, sentía que no era útil y quise tomar el camino fácil. Pensé que era lo mejor para mí y para quienes me rodeaban" acotó Camilo. 

No obstante, al llegar a las instalaciones del puente de la variante con el firme propósito de poner fin a su vida, dos patrulleros de la seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Metropolitana se le acercaron y le comenzaron a hablar. 

"Tal vez Dios los puso en mi camino para que pudiera desahogarme y así contarles lo que me estaba ocurriendo" agregó. 

Para él, en ese momento sus problemas eran insuperables, no veía salidas y creía que todo estaba perdido, pero al hablar con alguien más y sacar esa sobrecarga de pensamientos negativos, poco a poco fue entendiendo que sí había algo porque luchar y que todo tenía solución. 

Ese mismo día, estando aún en el puente, se le acercó un empresario de la ciudad de Ibagué, con quien logró entablar una conversación que sirvió para motivarlo aún más y hacerle entender que todo podía cambiar. 

"Él me ayudó (...) más que económicamente, fueron sus palabras de aliento. Me hizo entender que todos tenemos problemas y que él aún estando en una mejor situación que yo, también atravesaba por momentos difíciles" puntualizó. 

A partir de ahí, todo comenzó a cambiar y él poco a poco comenzó a acercarse a sus seres queridos. 

Ahora Camilo está en una etapa diferente en su vida. Su hija de siete meses se ha convertido en el motor para seguir adelante, mientras está en proceso de ubicarse laboralmente. 

De este modo, el caso de Camilo se convirtió en un claro ejemplo de superación, evidenciando que siempre hay alternativas y sólo es cuestión de buscar la forma de superar los obstáculos que aparecen en el camino de la vida.