Muy preocupadas están las autoridades colombianas tras el giro inesperado que tuvo el huracán 'Eta' durante las últimas horas, generando un impacto mucho mayor al que se tenía previsto. Según se había informado, se trataba de una tormenta tropical que podía ascender a un huracán de categoría uno; sin embargo, luego de un día de recorrido por el oceano se transformó en un gigante que alcanzó la categoría cinco en la escala de Saffir-Simpson. 

Fue así que los habitantes del archipiélago de San Andrés y Providencia tuvieron que extremar las medidas de seguridad por orden de las autoridades locales, teniendo en cuenta que el impacto climatológico que iba a tener la zona sería cada vez más fuerte por el vigor y potencia de los vientos que hoy amenazan con llegar abruptamente a Nicaragua y causar todo tipo de estragos. 

Aunque en el territorio colombiano sólo se ha tenido un efecto colateral, los giros en la trayectoria y el incremento de la categoría generaron que de ayer a hoy, los organismos de socorro y las autoridades locales tuvieran que atender más de un centenar de emergencias por caída de árboles, cableado eléctrico, viviendas desechadas y bloqueo de algunas vías. 

Algunos negocios como restaurantes y kioskos de buceo del litoral oeste de la isla, también han sufrido las consecuencias de los vientos huracanados que llegaron desde el océano. 

Así mismo, la parte turística y pesquera sufrieron consecuencias lamentables en un fin de semana que pudo haber impulsado un poco más la economía, toda vez que el mar ha estado 'picado' y las playas han presentado rigurosas restricciones. 

Por ahora se esperan las determinaciones que tomen las autoridades marítimas y de emergencias, coordinadas con la Unidad Nacional para la Gestión de Desastres, quienes deberán seguir paso a paso la trayectoria de Eta, con el objetivo de minimizar nuevos impacto en las paradisíacas islas colombianas que poco a poco comenzaban a reactivar su economía tras la primera ola del COVID-19.