Un ciudadano residente en Venadillo expresó su descontento tras una serie de eventos ocurridos en un taller autorizado de motocicletas Pulsar en Ibagué. Según relata, el 17 de diciembre llevó su motocicleta al centro de servicio para un mantenimiento rutinario, que incluía cambio de aceite y filtro. Al retirar el vehículo al día siguiente, notó que presentaba problemas como una aceleración inusual y un clutch flojo, pero continuó su trayecto hasta su hogar.

Al intentar encender la motocicleta al día siguiente, esta no respondió. Luego de varios intentos, logró ponerla en marcha, pero el testigo del motor se encendió, y las revoluciones seguían inusualmente altas. Posteriormente, el vehículo solo podía encenderse empujándolo en segunda marcha.

Al regresar al taller para reportar el problema, los mecánicos le informaron que el sistema eléctrico y la ECU requerían una costosa reparación. Sin embargo, el denunciante asegura que entregó la motocicleta en perfecto estado y cuestiona la coincidencia de los fallos con la reciente intervención en el taller. Además, señala que el establecimiento no permite a los clientes presenciar el mantenimiento y no emite constancias detalladas de las labores realizadas.

El afectado interpuso un derecho de petición ante la empresa, exigiendo una respuesta oficial, pero manifiesta su temor de que puedan manipular nuevamente la motocicleta. Al intentar grabar un video como evidencia y reclamar en el taller, fue recibido con violencia, lo que lo llevó a retirar el vehículo y presentar una denuncia ante las autoridades competentes.

El ciudadano hizo un llamado a la empresa Pulsar para que supervise de manera más estricta el trabajo de sus talleres autorizados y garantice la transparencia en los servicios ofrecidos. Por ahora, el caso será investigado por las autoridades locales.