Los últimos días de Guillermo Alfonso Jaramillo al frente de la Alcaldía de Ibagué han estado acompañados de una oposición marcada en el Concejo, desde donde Juan Pablo Salazar, Pedro Mora y Luis Alberto Lozano se han encargado de reclamarle por promesas que aparentemente se quedaron sin resolver.

Las relaciones entre el mandatario local y el Cabildo no marchan en los mejores términos, y las rupturas que hoy se pueden evidenciar empezaron a gestarse con los distanciamientos en el inicio de cada periodo de sesiones, además de la contundente negativa a los últimos tres proyectos sustentados por la Secretaría de Hacienda.

A pocos meses de terminar la administración ‘Por Ibagué con todo el corazón’, los concejales le reclaman a Jaramillo el no haber modificado las tarifas del impuesto predial, la incertidumbre en torno a la Jornada Única por el estado incipiente de las obras, y los mínimos porcentajes de subsidio para el cobro de aseo.

A la fecha no se sabe si habrá sesiones extras en la Corporación pese a la solicitud explícita hecha por el presidente Juan Pablo Salazar, lo que sí es un hecho es que a Jaramillo parece importarle poco la postura de los concejales, quienes sobre el papel representan la ‘Junta Directiva’ de la Administración Municipal.