Preocupados se encuentran los constructores por la intención de la Alcaldía de cobrar plusvalía en Ibagué. Aunque saben que esta es una herramienta para el desarrollo indican que podría convertirse en otro golpe para el bolsillo de los ibaguereños.

Podemos definir una plusvalía como el beneficio obtenido como resultado de una diferencia positiva entre el precio al que se compró un bien y el precio de su venta en una operación o transacción económica.

Es decir, es el incremento de valor de un bien o un producto por causas diversas que los propietarios no pueden controlar o influir en ellas y significa una ganancia.

Según el presidente de Camacol Tolima, Véliz Mejía, el sector se vería afectado por lo que sería el cobro de este gravamen con retroactividad desde el año 2011.

“Una empresa cualquiera entregó los apartamentos, en tres años a usted le llega un recibo por un millón de pesos por cobro de plusvalía y lo tiene que pagar el titular del inmueble, era un lote, se convirtió en apartamentos, entonces el comprador se viene contra el constructor porque yo les vendí libre de hipotecas y gravámenes”, aseguró Mejía.

Mejía sostuvo que esto podría generar un problema social peor que el del predial. “Si le llega a un montón de gente retroactivamente este cobro imagínese lo que va a pasar”.

El dirigente gremial sostuvo que hay un concepto jurídico que indicaría que todas las licencias de urbanismo generarían plusvalía, convirtiéndose este mecanismo en un exabrupto jurídico.

“Lo que dice la ley es que para poder cobrar la plusvalía debe estar registrado en la matrícula inmobiliaria de cada predio, si esto no esta no le pueden cobrar, esto dice la teoría. Si esto sigue avanzando, esto de la plusvalía se va a convertir en el 'plusvalidazo', puntualizó Mejía.