¿Será que la Inteligencia Artificial hará la vida más fácil para todos como lo predice Bill Gates?
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El amistoso saludo al finalizar el año 2023 con un joven Espinaluno estudiante de tercer año de doctorado en Inteligencia Artificial de la Universidad Carnegie en USA y la gracia de su apunte coloquial al decir que casi todo tendría que ver con la Inteligencia Artificial, me dejó muy pensativo y meditabundo.
Primero, porque eso dice mucho y deja entrever que efectivamente la I.A. pretende llegar a todas las actividades desarrolladas por el ser humano, y segundo, porque ese casi, significa que efectivamente lo van a conseguir.
No queda más remedio que ahondar un poco sobre lo que se nos viene encima con estas nuevas tecnologías, especialmente cuando ya se afirma que podrían transformar nuestro pensamiento y servirnos como apoyo emocional, tanto así que el mismo Pontífice expresa su preocupación por esta época tan rica en tecnología, pero tan pobre en humanidad.
La intranquilidad está en sus limites, y por ello las sensatas recomendaciones de algunos empresarios desarrolladores como Bill Gates y Sam Altman, para que se establezcan regulaciones y restricciones en sus avances, al reafirmar que el uso irresponsable traería altos riesgos éticos y humanos, y proponen entonces la creación de un organismo global para regularlas.
Pero el caso está, en que la semana pasada se establecieron varias premisas sobre esos avances tecnológicos. Una primera, es que la Inteligencia Artificial mal utilizada agravaría la desigualdad humana si no hay una intervención política para regularla; y una segunda premisa, es la expresada en Davos Suiza, advirtiendo de la amenaza de la Inteligencia Artificial usada en la producción de imágenes falsas y desinformación para influir en los resultados electorales de los países democrático del mundo. Pero además de lo anterior, y también esta semana, se conoció que el gobierno de los Estados Unidos abrirá investigación a sus más grandes compañías tecnológicas como Amazon, Alphabet, OpenAI, Microsoft y Anthropic, por su riesgosa estrategia frente a la competencia y sus alianzas en el desarrollo de la I.A., y sobre todo, así no se enfatice en ello, porque el gobierno necesita políticamente entender mejor sus estrategias, y su impacto sobre el poder de la innovación; pero igualmente dicen que el trasfondo del asunto está en la falta de conocimiento y control sobre el funcionamiento y el porvenir de la I.A.
Se considera entonces que estas tecnologías permitirían entre otras cosas hacer la vida más fácil para todos y hasta promover la democracia evitando actos de corrupción al facilitar el oportuno y seguro manejo de la información electoral; pero la incertidumbre precisamente está en que el manejo inadecuado e irresponsable de ella, pone en alto riesgo el poder democrático del mundo, como también lo afirma por ejemplo la Universidad de Stanford cuando concluye que estas tecnologías han venido a revolucionar las reglas de juego en la política, y da ejemplos claros como el video creado con I.A. para persuadir el voto Republicano en la campaña Biden USA. Pero así como se ha utilizado para persuadir votantes como sucedió con Biden, también según lo advierte Altman, podría ser utilizada para influir negativamente en cualquier democracia, al confundir con publicidad engañosa.
Por ello la pregunta es si Bill Gates tiene razón o no al decir que todo en nuestra vida mejorará, o es solamente lo que propositivamente espera que suceda; cuando hasta la misma verdad podría estar en peligro al momento en que la Inteligencia Artificial sea capaz de manipular testimonios, distorsionar pruebas y deformar imágenes. Como no considerar entonces un peligro su manipulación, si hasta la estabilidad social, económica y política de un país democrático estaría en riesgo, y hasta nuestra vida familiar también podría verse afectada por el uso inadecuado de imágenes, momentos y testimonios.