Modelo Corporativo en el IBAL: ¿La nueva jugadita de Jaramillo?
Con bombos y platillos, el pasado miércoles 4 de septiembre en el lujoso hotel JW Marriott de Bogotá, varios alcaldes del país, incluido el cuestionado e investigado mandatario de Ibagué, suscribieron la Acción Sectorial de las empresas de agua y saneamiento básico por la gobernanza y la eficiencia empresarial (Ver Documento 1). Este proceso de “gobernanza” viene siendo liderado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y tiene por noble objeto procurar la sostenibilidad de las empresas de acueducto y alcantarillado mediante la adopción de un modelo de gobierno corporativo.
Claramente es una estrategia necesaria y loable, toda vez que le imprime una visión de largo plazo a las empresas, blindándolas de paso contra las cambiantes circunstancias políticas. Sin embargo, estos nobles principios, como suele suceder, son aprovechados por sujetos de sospechoso pelambre para eternizarse en el poder y seguir disfrutando de los beneficios que de allí se derivan. Y el IBAL no sería la excepción.
Ya en el pasado, justamente en la campaña electoral de hace cuatro años, denuncié oscuros movimientos que pretendían modificar la composición accionaria del IBAL con el fin de abrir la oportunidad a la privatización de la empresa (¿Empezó la privatización del IBAL?). Me dijeron mentiroso. Me llamaron “enemigo de Ibagué”. Me tildaron de resentido. Pero al final yo tuve la razón.
Pero en la edición 2019 de las jugaditas en el IBAL, la historia es la siguiente: Según fuentes internas de la empresa, se registran por estos días sospechosas propuestas que, al amparo del “gobierno corporativo”, pretenderían implementar cambios inmediatos en la empresa para favorecer a quienes por largo tiempo han parasitado inmisericordemente de este patrimonio Ibaguereño. La historia es la siguiente:
Dentro de los ajustes que supone la adopción de este modelo de gobernanza, se proponen cambios en la Junta Directiva del IBAL para que diversos sectores, incluidos empresarios y gremios, pudieran ser parte de dicha junta. La adopción final de este interesante modelo depende del informe final que un selecto grupo de consultores, contratados por el BID, entreguen en febrero de 2020. Pero como en el IBAL en época electoral son tan proactivos, al parecer han resuelto realizar sutiles cambios para ganar tiempo o adelantarse a la implementación del modelo corporativo.
Los cambios que se pondrían a consideración se basan en un borrador, sí un simple borrador, de propuesta de Gobierno Corporativo (Ver Documento 2), documento reservado que tiene un par de elementos clave: En primer lugar, se harían cambios en la junta directiva, para incluir allí a personas distintas a funcionarios públicos y que serían escogidos por su idoneidad y experiencia profesional; En segundo lugar, sería esta junta quien elegiría al nuevo gerente, poderosa junta que además tendría la potestad de avalar el nombramiento de los funcionarios de cargos directivos.
La cosa, según mis fuentes del IBAL, es más o menos así: En próximos días se pondría a consideración la modificación de la junta cuanto antes, y ya se habla de que el próximo gerente debería ser nombrado por un periodo de 10 años precisamente por la nueva junta. Así las cosas, Jaramillo y su camarilla pretenderían dejar antes de su esperada salida una junta directiva de confianza para que antes de diciembre o el próximo año, ya con el informe final de los consultores, nombre un gerente de su entera conveniencia sin que el nuevo burgomaestre pueda tener mayores velas en ese entierro. La pregunta entonces es: Si Jaramillo se da la maña de dejar una nueva junta leal, subordinada, mansa y obediente, con base en un mero borrador, ¿a quién podríamos esperar como nuevo gerente? ¿Reencaucharán al de los tubos, amigo de costeños y protagonista de cuestionadas licitaciones? ¿Ratificarán al que vivía a sus anchas en el apartamento de un contratista del IBAL? Lo cierto es que nada bueno podría salir de tan apresurada, burda y conveniente jugadita.
Anticipo que ya vendrán las descalificaciones, los consabidos rebuznos sobre fuerzas oscuras, anuncios de tutelas, demandas y otras cuantas formulas del recetario local carente de argumentos. Pero creo que voy en la dirección correcta, a juicio de reciente entrevista del Gerente del Ibal (¿cómo es que se llama?) en una emisora local, quien dice que mis opiniones carecen de sustento, sugiriendo de paso que sí se avecinan unos cambios en lo que él llama “periodo de transición”. Claro, una transición convenientemente sustentada en un borrador.
Post Data: Esperemos que el interés por la ciudad y la defensa de lo público imperen por parte de algunos candidatos a la alcaldía. Es menester que aquellos que tienen el anhelo de suceder al mediocre Guillermo Alfonso Jaramillo, con excepción de su vergonzoso candidato de bolsillo, tomen posición concreta sobre el futuro de la empresa y la eventual implementación de este modelo corporativo.