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¿Por qué el Tolima no tiene un observatorio si es zona volcánica activa?

La vulcanóloga Marta Calvache advirtió la importancia de conocer el territorio frente a fenómenos naturales, resaltando la importancia de un observatorio del SGC en el Tolima.
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13 Nov 2025 - 18:57 COT por Ecos del Combeima

A 40 años de la tragedia de Armero, el Tolima vuelve a mirarse en el espejo de su propia vulnerabilidad: un territorio marcado por volcanes activos, pero sin un observatorio del Servicio Geológico Colombiano (SGC) que estudie, advierta y contextualice sus riesgos. La ausencia de esta infraestructura científica, pese a ser el segundo departamento con mayor presencia volcánica del país, sigue siendo una deuda histórica que hoy inquieta a expertos y ciudadanos.

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Martha Calvache

La geóloga Marta Calvache, una de las voces más autorizadas en Colombia sobre el Nevado del Ruiz y testigo directa de la erupción de 1985, recordó en Econoticias, que el mayor peligro no es el volcán, sino el desconocimiento. Su advertencia fue concreta: “Los tolimenses deben conocer los riesgos naturales y volcánicos que conviven con ellos; la ignorancia nos vuelve más vulnerables que la misma montaña”. Para la experta, la falta de cultura del riesgo sigue siendo el punto débil del departamento.

Calvache explicó que tragedias como la de Armero ocurrieron no por el volumen excepcional de la erupción, que comparada con eventos globales fue relativamente pequeña, sino por las condiciones particulares del territorio: la altura del Ruiz, la presencia de glaciares y la acumulación histórica de lahares en los ríos que desembocan en zonas pobladas. En su análisis, la región aún no asume plenamente que estos fenómenos pueden repetirse.

Durante la conversación en Ecos del Combeima, la vulcanóloga recordó que Armero ya había sido destruido en episodios anteriores, como en 1595 y 1845, cuando avalanchas similares arrasaron el mismo valle. “La historia está escrita en la tierra”, dijo, insistiendo en que los habitantes deben reconocer que viven sobre depósitos formados por antiguas avalanchas. "Ignorar estos antecedentes ha sido un error que se repite generación tras generación", añadió Calvache.

La carencia de un observatorio en Ibagué ha sido un reclamo constante del Tolima. Aunque los tres centros existentes del SGC, en Manizales, Popayán y Pasto, cumplen con el monitoreo nacional, la distancia científica y operativa es evidente. Para expertos como Calvache, contar con una sede local permitiría mejorar la investigación, acelerar la interpretación del comportamiento volcánico y fortalecer la educación comunitaria en gestión del riesgo.

Además de los retos técnicos, la experta subrayó la necesidad de integrar la vulcanología con otras dimensiones del territorio: la planificación urbana, la educación ambiental y la toma de decisiones basada en evidencia. Para ella, el conocimiento debe volverse cotidiano, no una conversación ocasional en fechas conmemorativas. “Conocer el territorio es la única forma de tomar decisiones informadas cuando la naturaleza actúa”, expresó. 

Para Calvache, la pedagogía debe ser constante y llegar a todas las generaciones, especialmente a las nuevas, que no vivieron la tragedia de 1985.

Hoy, mientras el país recuerda a las más de 25.000 víctimas de Armero, la conversación vuelve al mismo punto: el Tolima convive con volcanes que no esperan, y cuya actividad podría impactar nuevamente a comunidades enteras.