Si es de los que entra al baño con el celular debería pensarlo dos veces
La privacidad es un asunto que, aparentemente, parece desvanecerse con el avance de la tecnología conforme pasa el tiempo. Más allá de la información personal que los mismos usuarios comparten en plataformas como redes sociales, hay contenidos sensibles que personas con habilidades informáticas pueden obtener de manera ilegal, tales como fotografías, documentos, claves de cuentas bancarias y contraseñas de correos electrónicos, entre otros.
Las habilidades de estos ciberdelincuentes incluso pueden rayar con el terror, pues empresas de seguridad informática, como Kaspersky Lab, aseguran que estas personas tienen la capacidad de manipular remotamente dispositivos como celulares y computadores para acceder a la cámara y así poder ver qué hace su propietario en tiempo real. Si el delincuente logra capturar una situación sensible puede usar ese material para extorsionar a su víctima.
Series de Netflix como Black Mirror y La Casa de Papel han mostrado esta realidad.
La primera, en el capítulo ‘Cállate y Baila’, muestra cómo un delincuente informático instala un virus en el computador de un joven al que posteriormente graba mientras este se masturba viendo pornografía infantil, luego le envía el vídeo diciéndole que tiene dos opciones: hacer lo que le pida o permitir que su secreto se haga público.
En el caso de la serie española, se aprecia cómo esta habilidad informática es utilizada por la policía para ver, por medio de los teléfonos de los secuestrados, el interior de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre e intentar identificar los rostros de los secuestradores.
“Todos los dispositivos móviles son propensos a los espías. Al tomar un baño o leer un libro, usando nuestro celular, puede pasarnos totalmente desapercibido un troyano - virus informático- que capture una situación comprometida, datos personales o información secreta que puede llegar a ser pública al filtrarse a internet”, mencionó Dmitry Bestuzhev, director del grupo de investigación y análisis de Kaspersky Lab para América Latina.
Para este directivo, otro de los riesgos a los que se expone una persona al ingresar al baño con su celular tiene que ver con temas físicos como que el dispositivo se contamine con bacterias o que sufra choques eléctricos si se encuentra conectado a un toma corriente, algo sumamente probable entendiendo las condiciones húmedas que caracteriza un sitio como estos.
No obstante, este experto asegura que el mensaje, más allá de usar o no el teléfono en el baño, es que las amenazas informáticas están en todo lugar, por lo que recomienda que los usuarios hagan uso de sistemas informáticos de seguridad que brinden un blindaje a sus dispositivos ante estos ataques.
“Generalmente, los usuarios no usan una solución de seguridad para su dispositivo móvil, especialmente una que detecte el acceso no autorizado a la información, o que ubique o bloquee el dispositivo de manera remota en caso de pérdida o robo, dejando expuesta la información a los cibercriminales quienes ven en esto una oportunidad para realizar sus delitos”, precisó el profesional.
Tomado de: elespectador.com