No hubo invierno que valiera, ni el mal estado de la vía ni las tres horas por carretera en difíciles condiciones, ni que uno de los vehículos se atascara dos veces en el lodazal ni las advertencias de algunos temerosos que nos recriminaban y nos vaticinaban consecuencias graves ante el “peligro” por el orden público en la zona (quizás, algunos con razón); ante un impulso que nos movía desde adentro y  nos invitaba a continuar con la intención de llegar con un pequeño detalle para los niños de la zona del volcán Machín.

La espesa neblina que acompañó nuestro viaje, desapareció de nuestros ojos, luego que a pocos minutos de Tapias pudimos llegar al punto de destino: la vereda El Moral, en donde un polideportivo con un planchón de cemento y una casa que a la vez es tienda, nos recibió con un puñado de niños que llegaron desde alejados puntos; en las veredas el Guaico, Tapias, Santuario, Los Naranjos y por supuesto del Moral, con ellos a las doce y 40 minutos iniciamos una fiesta que nos entretuvo hasta las 5 de la tarde.

Allí el presidente del Moral, Benajmín Olaya, quien nos insistió y nos motivó a visitarlos, se veía con su rostro iluminado de felicidad y por su expresión parecía que por fin había ocurrido el milagro tan esperado: Había llegado el niño Dios a esta zona donde pareciera que se le había olvidado el camino.

Con Eduardo, gerente de IbizaEntertaiment, (otro de los amigos que nos secunda las locuras) de inmediato instalamos el sonido, las mujeres de que nos acompañaban se dispusieron a cocinar los perros calientes, servimos las gaseosas, repartimos dulces a por lo menos 400 niños que habían llegado convocados y conducidos por algunos líderes de la zona; Ana María Guerra y Didier J. cantaron y encantaron con alegres y populares melodías que agradaron a grandes y chicos.

Llegaron los regalos y con ellos las sonrisas que iluminaban los rostros de los más de 400 niños que uno a uno y por cada vereda con la ayuda de Diego y Gerson se entregaban con alegría y amor; muñecas, muñecos, peluches, carros, pelotas por montón y algunos detalles especiales, hicieron de esta jornada, una fecha inolvidable en un 23 de diciembre para poder dar gracias a Dios y compartir con quienes poco o nada tienen, un detalle de navidad; porque si algo es cierto es que esta zona del Machín, como en muchas del sector rural de Ibagué y de Colombia, la gente no vive en la pobreza sino en la miseria.

Gracias, gracias mil al apoyo brindado por nuestra emisora Ecos del Combeima, a la alcaldía de Ibagué a través de la secretaría de Desarrollo Rural, al concejal Alfonso López Herrera, a don Martín de almacenes J.M., a Jorge Bolivar, a Freddy Pérez, al niño Cristian Santiago Buitrago, a tantas personas que creen en nosotros y que adquirieron un bono para hacer posible esto y a quienes se nos olvida mencionar…un Dios los bendiga, Dios se los pague y acá en Ibagué vamos a entregar algunos regalos que nos quedan para obsequiar hoy en navidad.