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Descubrieron 47 nuevas especies en la Amazonia

60 expedicionarios, liderados por científicos del Instituto Sinchi, se embarcaron en una expedición de 20 días para inventariar la biodiversidad del piedemonte amazónico del Caquetá.
3 Oct 2017 - 10:30 COT por Ecos del Combeima

El camino Andaquí es el sendero que usaron los indígenas andakíes para evitar ser sometidos al dominio español, en la época de la Conquista. Por ese camino los colonos buscaron Quito, El Dorado, fue rutas del caucho, de la quina y las pieles. Este camino también es historia patria: el prócer Jose Acevedo y Gómez lo usó para huir de las fuerzas del general Pablo Morillo, por allá en la época de la Patria Boba, y murió de una violenta fiebre, en 1817, en alguna parte del camino. Para 1920, Belén de los Andaquíes se comunicaba por trochas, al nororiente con Florencia, noroccidente con el Huila y al Sur con Mocoa. Fue la trocha de mayor tránsito hacia las selvas Caqueteñas.

A pesar de sus muchas amenazas –colonización de tierras, deforestación y enfrentamientos armados, entre otros– el camino Andakí tiene un alto nivel de conservación de biodiversidad, por eso fue el escenario de una de las expediciones más largas de la historia científica reciente del país, liderada por el Instituto de Investigaciones Amazónicas-SINCHI en Caquetá, y apoyada por Colciencias.

Los 60 científicos que hicieron parte de la expedición encontraron 47 nuevas especies para la ciencia, una novedad si se tiene en cuenta que el piedemonte amazónico ha sido un ecosistema poco explorado científicamente gracias al conflicto armado o por la vastedad de esta tarea.

Marcela Núñes Avellaneda, que lleva 22 años en Leticia trabajando microalgas acuáticas con el Sinchi, cuenta cómo esta expedición casi le acaba las rodillas por la caminata, y la garganta por la tos por los cambios de temperatura. “No puedo recordar un solo día que tuviera los pies secos” contaron otros investigadores. 

Los expedicionarios se dividieron en grupos por especialidad –mamíferos, aves, peces, reptiles, macroinvertebrados acuáticos, hongos y perifiton– y se adentraron en la selva “por olas”, para no perturbar en demasía el ambiente con su presencia prolongada por dos largas semanas de caminar, dormir, recolectar muestras, enviarlas en bestias hacia otros campamentos, cocinar algo, dormir y volver a empezar.

En el recorrido también participaron especialistas del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia y del Museo de Investigación Zoológica Alexander Koenig de Alemania.

Tomado de El Espectador (ver nota original)