Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Opinión
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

Algunas reflexiones en el Día del Periodista

El papel entonces debe ser el de contrapoder, del argumento contra la falacia, de la investigación y el contraste de fuentes vs las fake news de las redes sociales. El periodista debe ser también un guardián de los recursos públicos que cuando se mete a hacer política deja de serlo para convertirse en el vigilado, y eso es algo que algunos en el país no han entendido.
Imagen
Personas
Crédito
Ecos del Combeima
Profile picture for user Juan Manuel Díaz Borja
9 Feb 2025 - 7:44 COT por Juan Manuel Díaz Borja

En Colombia el “Día del Periodista” se celebra desde 1975 cada 9 de febrero. Sin duda una oportunidad valiosa para destacar la labor de miles de periodistas en el mundo, pero también para generar algunas reflexiones en torno a una actividad compleja y desagradecida, pero vital para el funcionamiento de la sociedad y de cualquier estado.

En primer lugar y algo que se debe enseñar a las nuevas generaciones de periodistas en todas las facultades de comunicación, es el postulado del ensayista polaco Ryszard Kapuscinski, que reza que para lograr ser un buen periodista primero se debe ser una buena persona. Lo anterior en el entendido que, si quien se dedica a mediar entre el poder y el pueblo, y a ser la voz de los que no tienen voz, no reúne una serie de condiciones humanas rodeadas de la ética y la moral Aristotélica que abarca sentimientos de justicia, valentía, amistad, etc., no podrá ejercer el periodismo de manera correcta. Por tanto, quienes hacen periodismo se convierten en representantes de otros, generalmente de los oprimidos. Kapuscinski mencionaba que la información veraz y diversa debe ser un derecho humano inalienable constituyéndose como un instrumento de formación de la opinión pública. Aquello permite, por ejemplo, que quien haga buen periodismo también eduque e incentive la formación de un criterio, una postura, o una perspectiva, sobre la política, la vida humana y todo lo que de allí se desprende.

También hay que pensar en los desafíos que implica la sociedad actual, la geopolítica, y el avance tecnológico. La comunicación del hoy obliga a que las personas sepan de todo o estén enteradas de todo, pues no saber algo en la época del internet y la inteligencia artificial, termina siendo una desventaja muy 
grande en las relaciones sociales, y es allí a donde el periodista tiene amplia responsabilidad. El papel entonces debe ser el de contrapoder, del argumento contra la falacia, de la investigación y el contraste de fuentes vs las fake news de las redes sociales. El periodista debe ser también un guardián de los recursos públicos que cuando se mete a hacer política deja de serlo para convertirse en el vigilado, y eso es algo que algunos en el país no han entendido.

El periodismo no se inventó para hacerle daño a un gobernante desde un micrófono o una máquina de escribir. Ni para saciar los egos del periodista, ni convertirlo en protagonista de la historia. Desafortunadamente eso pasa constantemente en Colombia, porque aquí ha hecho carrera la falta de transparencia y el uso de los medios de comunicación para las confrontaciones públicas. Por ejemplo, en el Tolima y especialmente en Ibagué debemos ser autocríticos y decirnos las verdades, aunque incomoden. Los periodistas no pueden ser amigos, ni compartir a manteles con los gobernantes o candidatos de turno, ni mucho menos prestarse para ser altavoces de grupos de poder o de figuras políticas porque para eso existen las oficinas de prensa y comunicaciones. Desafortunadamente cada vez es más frecuente y más común, especialmente en la nueva generación de periodistas.


Y he aquí una reflexión final, de las muchas que pudieran hacerse sobre el tema, parafraseando a George Orwell y es que el periodismo es para servirle a la gente, y para contar y revelar lo que otros no quieren que se revele, pues todo lo demás son relaciones públicas. Uno o es periodista o es relacionista, pero nunca ambas juntas.

 

Tags: