El gran reto debería ser el de mantener siempre una actitud positiva frente al desafío de hacer de nuestro territorio el súperdestino para un turismo deportivo y ambientalmente amable, y una actitud proactiva para evaluar muy bien las decisiones que conduzcan a impulsar y aprovechar esa extraordinaria condición de tener en nuestro territorio gran parte de este excepcional Parque Nacional Natural de los Nevados, donde se visualiza el Nevado del Tolima, Ruiz y Santa Isabel; turismo ambientalmente amable cuando se transita por allí montado en una bicicleta y no en un vehículo motorizado. Por ello, el reto estará siempre en nosotros mismos al negarnos o no, la oportunidad de atraer la mirada del mundo entero hacia la biodiversidad y exuberancia de esa reserva natural, y paradójicamente la fragilidad de su ecosistema.

Quisiéramos no estar de acuerdo con la negativa tomada por los gobiernos de Caldas y Tolima, decisión que en principio esa agrupación ciclística la vio como una pausa para planear bien las cosas como lo reafirmó la mandataria departamental al dar inicio a la bien organizada Vuelta al Tolima, y de esa manera poder sinergizar los intereses propósitos y conocimientos que se tenga para potenciar nuestro territorio como destino de un turismo deportivo ambientalmente sostenible. 

No podría existir una negativa absoluta a lo que debe ser el equilibrio entre el hombre y la naturaleza, manejando una sana convivencia al respetar sus propios espacios y condiciones. Cuando el hombre se mueve exclusivamente con la fuerza motora de su propio cuerpo y montado en una bicicleta, está precisamente expresando el mayor de los respetos por el medio ambiente y su condición de ser sintiente; y es por ello que este tipo de retos son preciados y permitidos en todo el mundo y en muchos de esos lugares, solo se accede bajo esas condiciones de movilidad. Es casi hacerlo a pie según el Instituto Técnico de Masachusets cuando concluye que la huella ambiental de una persona que se mueve en bicicleta es la misma que la de un peatón que se desplaza caminando, y si a ello se suma la intención de no pernoctar y su transito es solamente por la vía existente y no por zonas excluidas, la contaminación no podría ser menor, si consideramos también, que uno de los aspectos más destacables del ciclismo es su bajo impacto en el medio ambiente, pues las bicicletas no emiten gases de efecto invernadero durante su uso, por ello son catalogadas como el medio de transporte ideal para reducir la contaminación atmosférica;  y es más, cuanto más se use una bicicleta menos contamina porque se está compensando aquellos residuos emitidos en su fabricación, concluye el estudio. Y aunque pudiera generar algo de contaminación acústica y un mínimo desgaste, lo hace a la superficie por donde transita, y en este caso no sería un camino forestal sino al asfalto de la vía ya existente.

La huella de carbono de un automóvil con 5 pasajeros equivale a 65 ciclistas aproximadamente sin contar que la bicicleta no emite bióxido de carbono mientras el automóvil emite gran cantidad de gases de efecto invernadero.  Pues la huella de carbono de una bicicleta está por los 21 gr de CO2 kilómetro recorrido, mientras para el automóvil es de 271 gr CO2 por pasajero y kilómetro recorrido.

Se hace necesario entonces estudiar y planear muy bien la interacción entre las comunidades y el medio ambiente, organizando el territorio, protegiendo los recursos naturales y especialmente estableciendo reglas de juego que permita mantener ese equilibrio ambiental, pues según el Plan de Manejo del PNNN existe una zona Intangible que se mantiene ajena a las alteraciones humanas y se conserva a perpetuidad, Pero también existe una Zona de Recreación General Exterior, donde se otorgan facilidades (permisos) para actividades al aire libre que no causen modificaciones significativas al medio ambiente como en vías con alta densidad de uso, donde una de las actividades principales es la ¨recreación¨ mientras se cumpla con todas las especificaciones técnicas y ambientales requeridas; zona que por su condición natural facilite a visitantes su recreación al aire libre con actividades no prohibidas como el ciclo montañismo, restringido eso sí a las vías carreteables de acuerdo a una reglamentación específica para la práctica de este deporte en ese corredor ambiental.

Como entonces no establecer las especificaciones técnicas y ambientales que inspira la norma, y permitir organizadamente la realización de este tipo de eventos recreativos como la reeducación del ser humano para que conviva en armonía con la naturaleza (decreto 622/77), pues parte de las amenazas que mantiene el PNNN es la falta de programas de conservación y educación ambiental, que bien podría ser una certificación ineludible para cualquier deportista que quiera participar en este desafío ciclístico, recreativo y ambiental, sumado hoy a una condición mucho más ejemplarizante donde los autos que acompañen ese reto, sean exclusivamente híbridos o totalmente eléctricos. Que tal ?