Cortolima formaliza la solicitud de estudio del Volcán Guacharacos ante el SGC
Tras semanas de un preocupante silencio la máxima autoridad ambiental Cortolima, se pronunció en días pasados frente al tema de la falta de gestión de riesgo que se ha mantenido por cerca de 15 años sobre el Volcán Guacharacos. Esta estructura volcánica monogenética fue descubierta en 2001 por el geólogo Alberto Núñez en el proceso de apertura de la variante de Ibagué, sin embargo de no ser por el estudio de Caracterización y Modelo Genético que realizó el geólogo David Galindo como tesis grado sería prácticamente nula la información que se tendría del Guacharacos.
La Ley de Gestión de Riesgo determina que este tipo de estructura geológica debe ser incluida por obligación en el Plan de Ordenamiento Territorial pese a ello el actual POT que entró a regir por Decreto no lo tuvo en cuenta, ni lo incluyó en los mapas de riesgo ni en las cartografías.
El estudio es imperativo para actualizar el POT
Si bien es cierto que hasta el momento el Guacharacos no ha manifestado síntomas de alarma también es cierto que no se han adelantado estudios que determinen la amenaza real que representa para la ciudad, no obstante en los últimos meses se viene comercializando a las faldas de uno de sus domos el proyecto de vivienda campestre “Las Juanas” el cual no ha tenido en cuenta estas circunstancias de incertidumbre y ha iniciado su promoción sin dejar entrever a sus posibles compradores la existencia del volcán y muchos menos que podría llegar a representar una amenaza en el futuro pues como lo mencionó la ex directora de Cortolima, Carmen Sofía Bonilla “no puede decirse que no hay amenaza cuando existe un volcán, eso es una amenaza independientemente si llegará a explotar hoy o mañana, sigue siendo un componente de riesgo y estaría mal añadirle la vulnerabilidad permitiendo que haya población viviendo cerca”.
En apartes de la solicitud enviada por Cortolima a Oscar Eladio Paredes Zapata, Director General Servicio Geológico Colombiano se puede leer “En nuestra condición de máxima autoridad ambiental en el Departamento del Tolima y especialmente en el rol de apoyo al sistema de gestión de riesgo en la región y en su capital, nos permitimos solicitarle el respectivo apoyo para que el instituto que usted dirige, viabilice la realización del estudio de “Identificación, Caracterización y Determinación, de la Amenaza, Vulnerabilidad y Riesgo del Volcán “Los Guacharacos”, en el municipio de Ibagué”, en consideración a que fruto del proceso de concertación del Plan de Ordenamiento Territorial de Ibagué y la eventual intervención urbanística de constructores privados en áreas aledañas a dicho elemento geológico, se requiere contar con la información suficiente para que se refleje su importancia en los instrumentos de planeación que prevé el Decreto 1807 de 2014”.
El riesgo es la sumatoria de amenaza y vulnerabilidad
Ante esta referencia surge la pregunta de por qué tuvieron que pasar tantos años y dos POT para qué Cortolima tomará la decisión de recurrir al SGC para solicitar un estudio que determiné la amenaza real del Volcán Guacharacos en sus áreas de influencia, cuando para nadie es un secreto que Ibagué está en una zona de influencia volcánica muy fuerte con 5 grandes volcanes Cerro Machín, Cerro Bravo, Santa Isabel, Nevado del Tolima, Nevado del Ruiz y más preocupante aún que no se aplique el principio de precaución cuando esté último volcán causó una tragedia de dimensiones catastróficas el 13 de noviembre de 1985 tras hacer erupción y borrar del mapa al municipio de Armero junto a miles de personas.
La falta de planeación no solo podría colocar en riesgo los recursos naturales que todo municipio está llamado a proteger sino que podría llegar a colocar en situación de vulnerabilidad a las personas que de buena fe inviertan su capital en urbanizaciones como “Las Juanas” pues al no existir estudios a profundidad del Volcán Guacharacos se desconoce qué tipo de amenazas podría devenir en el futuro y además impide que el POT como guía máxima del uso suelos en un municipio, pueda reglamentar de manera eficaz esta zona y los usos que deben ser prohibidos.
Ante la afirmación de Jaime Leguizamón Caicedo, historiador y ex presidente de la Cámara de Comercio de Ibagué, “Medellín, permitió la construcción en laderas y ahora enfrentan graves problemas, han llegado al punto de tener que demoler edificios enteros porque estos lugares se convirtieron en zonas de alto riesgo”, la decisión de Cortolima de solicitar los estudios ante el SGC es muy positiva para toda la ciudad pese al tiempo transcurrido.
El municipio tiene la obligación legal de incorporar las amenazas que se vayan presentando en la ciudad
En otro apartado la solicitud dice “Cabe anotar que del Volcán “Los Guacharacos”, a hoy sólo se conoce un documento técnico (2001) que identifico dicho volcán y una tesis de grado de la Facultad de Geología del año 2012, desarrollada en la Universidad de Caldas, en el cuál se identifican las características de esta estructura geológica pero no se determina el nivel de amenaza, vulnerabilidad y riesgo de dicho volcán. El Volcán “Los Guacharacos”, tiene una estructura volcánica pequeña, por esta razón sólo se empezó a conocer de su existencia cuando se construyó la variante de Ibagué; y fue en el año 2001 que ustedes en el estudio denominado “Vulcanismo Básico al Sureste de la Ciudad de Ibagué departamento del Tolima, Colombia” realizado por el doctor Alberto Núñez y otros, fue donde se dio el nombre de “Los Guacharacos” y se comenzó a saber de su existencia”.
Estas afirmaciones dirigidas al Servicio Geológico Colombiano, dejan vislumbrar sin lugar a dudas que Cortolima y la Administración Municipal tenían un claro conocimiento sobre la existencia del Volcán Guacharacos desde la apertura de la variante de Ibagué, por lo cual resulta curioso que se necesitaron años antes de que fuera tomado en cuenta como objeto de estudio y que este se diera bajo las denuncias que la campaña de responsabilidad social de Ecos del Combeima, ha promovido por la defensa de los Cerros Tutelares de la ciudad.
Esto se confirma con uno de los últimos apartados del texto “Como quiera que en la región ha recobrado relevancia para identificar tales actividades se requieren los soportes necesarios y pertinentes para actualizar el POT de Ibagué y su norma superior de ordenamiento ambiental como lo es el Plan de Ordenación y Manejo de Cuenca del rio Coello –POMCA-”.
Luz al final del camino para el Volcán Guacharacos
Pese a las preguntas que esta solicitud deja en aire sobre la lentitud que mostró Cortolima frente al tema, es importante resaltar el hecho de que se están iniciando los procesos que darán una información real sobre esta estructura volcánica y que permitirán incluir al Guacharacos en el POT de Ibagué, tomando las medidas de Gestión del Riesgo pertinentes, esto sumado a la suspensión provisional de las licencias de parcelación para vivienda campestre en suelo rural se convierte en una gran noticia ambiental para la ciudad por lo cual se espera que pronto el Plan de Ordenamiento Territorial pueda modificarse en el sentido de incluir al Volcán Guacharacos y por su puesto regular las contradicciones que se presentan en el tema de uso compatible en los suelos rurales.