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‘Guardiana de Chiribiquete’, la nueva Zona de Reserva Campesina en el Arco Amazónico 

Con una extensión de 180 mil hectáreas en Calamar, Guaviare, esta ZRC reconoce los derechos del campesinado y garantiza seguridad jurídica sobre la tierra, mediante la regulación y ordenamiento de la propiedad rural para frenar la concentración y la expansión de la frontera agrícola. 
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La ZRC permitirá al Estado orientar la acción de las entidades agrarias, ambientales, de infraestructura y sociales hacia modelos de desarrollo adecuados y concertados con la gente.
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MADR
1 Dic 2025 - 7:04 COT por Alfonso Aya Roa

Ante representantes de comunidades campesinas del Guaviare se presentó este viernes la Zona de Reserva Campesina ‘Guardiana del Chiribiquete’, que marca un antes y un después en la historia agropecuaria colombiana, porque demuestra que la producción y la conservación pueden ir de la mano. 

Con la presencia de la ministra de Agricultura, Martha Carvajalino, y Tatiana Roa, viceministra de Ordenamiento Ambiental del Territorio, se realizó el anuncio oficial de esta ZRC ubicada en Calamar y abarca una extensión aproximada de 180 mil hectáreas. En el Gobierno se han reconocido 19 nuevas Zonas de Reserva Campesina, lo que significa que el país ya cuenta con 26 ZRC. 

“Para nosotros, esta Mesa de Gobernanza que sienta a los sectores de ambiente y, es un hito para el país. Es la apuesta que hemos impulsado desde el Gobierno: decir que las y los campesinos, los pueblos indígenas y nuestras comunidades negras, son actores fundamentales en la conservación, y que la conservación se hace, también, con el reconocimiento de estos actores en el territorio”, comentó la ministra Martha Carvajalino.

Es de resaltar que el proceso de constitución de la ZRC ‘Guardiana del Chiribiquete’ es el primer ejercicio en la región amazónica en el que la pretensión de ZRC se encuentra inmersa en un 99 % en la reserva forestal de la Ley Segunda de 1959.

La ‘Guardiana de Chiribiquete’ actuaría, en ese sentido, como un área con función amortiguadora del PNN Chiribiquete —patrimonio natural y cultural de la humanidad—, contribuyendo a la conservación de su biodiversidad y de sus servicios ecosistémicos.

 

Construcción de paz con la naturaleza

La articulación institucional y el trabajo sostenido entre Gobierno y comunidades en el Arco Amazónico, reflejados en esta constitución, son una muestra de la voluntad de construir paz con la naturaleza. Desde el Gobierno del Cambio se ha defendido, además, que la economía campesina está lejos de ser, por sí misma, una economía de destrucción ambiental.

“En este país, los ministerios de Ambiente y Agricultura no hablaban, porque uno se dedicaba a una cosa y el otro a otra cosa, y ahí empezábamos a reconstruir varios frentes. El primero, llevamos a la constitución política el reconocimiento del campesino en su dimensión ambiental y territorial. Ese es el acto político más importante de este gobierno con el campesinado”, agregó la jefa de la cartera agropecuaria.

La constitución de la Zona de Reserva Campesina busca el reconocimiento de la territorialidad de las comunidades campesinas, resultado del trabajo histórico de las comunidades colonas para ordenar la ocupación y uso de la tierra y los recursos naturales no renovables en la región, al igual que para garantizar el apoyo del Estado a la producción, la organización, la gestión del territorio y el bienestar del campesinado.

Anteriormente, para constituir una ZRC era necesario sustraer primero la reserva forestal. Desde diciembre de 2023, sin embargo, se pueden, para beneficio de las comunidades solicitantes, constituir y ampliar ZRC en zonas de reserva forestal y, mediante actos administrativos, reconocer la ocupación y el aprovechamiento sustentable de la tierra por parte de familias campesinas.

La región de Itilla-Unilla es una zona de reserva forestal y constituirá, de ahora en adelante, una gran experiencia de gestión campesina de la selva y de estabilización de una frontera agrícola liderada por el propio campesinado.

La ZRC permitirá al Estado orientar la acción de las entidades agrarias, ambientales, de infraestructura y sociales hacia modelos de desarrollo adecuados y concertados con la gente, que promuevan el cuidado del bosque y de las comunidades que lo habitan de forma complementaria.

“Lo que hemos hecho en estos casi tres años y medio de trabajo, es tratar de resolver unos conflictos de exclusión y de ordenamiento de más de 30 años. Seguramente nos hace falta mucho, pero yo lo que quisiera es tener la certeza de que lo que hemos hecho nadie nos lo va a quitar, y para eso está este gobierno: para defender los avances hasta el último día y, después, para construir desde donde sea necesario, la defensa de los logros que ustedes en este gobierno se permitieron dar”, concluyó Carvajalino Villegas.