Los misterios que persisten 40 años después de la toma y retoma del Palacio de Justicia
Hoy, 6 de noviembre de 2025, Colombia recuerda uno de los episodios más dolorosos de su historia: la toma y retoma del Palacio de Justicia. Cuatro décadas después, aún no se conoce toda la verdad sobre lo ocurrido entre el 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando la guerrilla del M-19 irrumpió en la sede de la Corte Suprema y el Ejército respondió con una operación militar que dejó más de un centenar de muertos y desaparecidos.
Las imágenes del Palacio en llamas, de los tanques disparando en plena Plaza de Bolívar y de los rostros de los desaparecidos siguen siendo una herida abierta. Aunque la justicia ha identificado algunos de los cuerpos gracias a pruebas de ADN, varias familias aún buscan a sus seres queridos.
En 2014, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por desapariciones y torturas ocurridas durante la retoma. El fallo confirmó que las autoridades militares alteraron la escena del crimen y cometieron graves irregularidades en el manejo de los cuerpos. Sin embargo, muchos de los responsables directos ya murieron o nunca fueron procesados.
Aún persisten preguntas sin respuesta. ¿Dónde están los desaparecidos que faltan? ¿Tuvo relación Pablo Escobar con la financiación de la toma? ¿Por qué el Palacio amaneció sin seguridad el día del ataque? ¿Desconoció el poder militar la autoridad del presidente Belisario Betancur? ¿Quién ordenó alterar las pruebas y ejecutar a los rehenes que salieron con vida?
Aunque la responsabilidad inicial del ataque recae en el M-19, las investigaciones señalan que la respuesta del Estado estuvo marcada por excesos y descoordinación. El propio expresidente Betancur reconoció años después que no ordenó el ingreso de los tanques al edificio, y que el mando militar actuó por cuenta propia, lo que ha llevado a algunos a afirmar que se tuvo un corto golpe de Estado durante la retoma del recinto.
Cuarenta años después, el país sigue dividido entre las versiones, los silencios y las omisiones. El Palacio de Justicia no solo fue devorado por el fuego, sino también por las sombras de la impunidad. Y mientras la historia se sigue escribiendo entre dudas y documentos inconclusos, los familiares de las víctimas aún esperan una sola cosa: verdad y justicia.