Vecinos del barrio Antonio Nariño, en la manzana C de Ibagué, encendieron las alarmas frente a una construcción que, según denuncian, llevaría más de año y medio abandonada. La obra quedó inconclusa y desde entonces se convirtió en un punto silencioso de deterioro urbano que hoy preocupa a toda la comunidad.

De acuerdo con los habitantes del sector, al predio habrían ingresado personas en condición de calle que estarían utilizando la estructura como lugar para pernoctar. En el interior, señalan, ya se observan cambuches improvisados y rastros de consumo de estupefacientes, lo que aumenta la percepción de inseguridad en esta zona residencial.

Los residentes aseguran que esta situación se ha ido agravando con el paso de los meses, pues el sitio permanece totalmente abierto y sin ningún tipo de control. Temen que, además de convertirse en un refugio para desconocidos, pueda transformarse en un foco de actividades delictivas que afecten la tranquilidad del barrio.

La comunidad afirma que ya se comunicó con el propietario del predio para solicitar una solución, sin obtener respuesta concreta. Mientras tanto, la obra continúa en abandono y los vecinos aseguran que la presencia de extraños es cada vez más frecuente, especialmente en horarios nocturnos.

Ante la falta de acciones, los residentes piden la intervención de las autoridades municipales para verificar las condiciones del terreno, exigir medidas de seguridad y evitar que este espacio siga deteriorándose. Señalan que no buscan confrontaciones, sino recuperar un entorno seguro para las familias que viven en Antonio Nariño.