La violencia y el desconcierto marcaron el fin de semana en Ibagué. En menos de 24 horas se registraron dos hechos que estremecieron a la ciudad: la muerte misteriosa de un presunto ladrón dentro del centro recreacional Caiké y, horas más tarde, un homicidio entre hermanos en el barrio Tulio Varón, que también dejó a un adulto mayor herido.

El primer caso ocurrió en la noche del sábado 11 de octubre, en las instalaciones del Parque Caiké, a las afueras de la capital tolimense. Según la Caja de Compensación Familiar Comfenalco Tolima, dos hombres ingresaron de manera irregular al lugar hacia las 10:30 p.m., presuntamente con fines de hurto. En medio de la persecución por parte del personal de vigilancia, uno de los individuos fue hallado sin vida con una herida profunda en el cuello dentro de uno de los lagos del parque.

Por ahora, la Policía Metropolitana de Ibagué adelanta los actos urgentes para esclarecer cómo se produjo la muerte.

Horas después, ya en la madrugada del domingo, un nuevo hecho violento conmocionó a la ciudad. En el barrio Tulio Varón, una riña familiar terminó en tragedia cuando Miguel Ángel Aguilar Vásquez, de 39 años, atacó a su hermano Víctor Alfonso Aguilar, de 33, causándole la muerte con un arma cortopunzante. El padre de ambos, Uriel Aguilar, también resultó herido al intentar intervenir y fue trasladado al Hospital Federico Lleras Acosta, donde permanece bajo observación.

El agresor fue capturado en el lugar por la Policía Metropolitana y puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación por los delitos de homicidio, lesiones personales y violencia intrafamiliar. Vecinos del sector relataron que la riña se desató tras una discusión bajo los efectos del alcohol, en medio de una reunión familiar.

Ambos sucesos, ocurridos con pocas horas de diferencia, dejan en evidencia la complejidad de la crisis de seguridad en la capital tolimense: una mezcla de conflictos familiares, muertes violentas y hechos enigmáticos que preocupan a los ciudadanos. Las autoridades aseguran que continúan las investigaciones, mientras la comunidad exige resultados y una respuesta más firme frente a la escalada de violencia.