Una reunión clave se desarrolló entre representantes del gremio de taxistas y la Administración Municipal, con presencia directa de la alcaldesa Johana Aranda, funcionarios de la Secretaría de Movilidad, la Personería, la Defensoría del Pueblo y otros entes de control. En el encuentro, el líder del gremio amarillo, Jair Ninco, expuso el motivo central del llamado a paro: el reiterado incumplimiento de compromisos adquiridos en mesas anteriores.

Aunque destacó que sí han sido escuchados, Ninco recalcó que la falta de acciones concretas para combatir la ilegalidad en el transporte ha generado agotamiento e indignación entre los taxistas. "No pedimos nada más que se cumpla la ley", afirmó, haciendo referencia al deber de las autoridades de hacer respetar las normas que regulan el servicio público de pasajeros, el cual, recordó, solo puede ser prestado por taxis legalmente habilitados.

Durante la reunión, la alcaldesa llamó la atención a los funcionarios responsables e hizo énfasis en la necesidad de actuar de manera más contundente. El compromiso más importante asumido fue establecer una estrategia de control permanente contra el transporte informal, con seguimiento y evaluación de resultados.

Finalmente, se agendó una nueva reunión para el próximo 11 de agosto, en la que se verificará el avance de los acuerdos. Mientras tanto, el gremio se mantendrá en asamblea permanente y dejó claro que, de no ver avances reales, se retomará la posibilidad de un cese de actividades, tentativamente programado para los días 4 o 5 de agosto.