No hay que ser acérrimo contradictor de la alcaldesa Johana Aranda, para decir que la emblemática Concha Acústica Garzón y Collazos y en donde en la década de los 90 los ibaguereños pasamos tantas noches de divertimento en familia celebrando nuestros reinados y fiestas del folclor, está en total abandono por parte del gobierno municipal, incluido el del anterior alcalde y hoy precandidato a la Gobernación del Tolima Andrés Fabián Hurtado.

Como todo hay que decirse, es de recordar que durante la alcaldía del médico Guillermo Alfonso Jaramillo, la Concha, se usó para algunos eventos culturales e incluso se tuvo en el 2019 un concierto de la famosa banda Chocquibtown para el cumpleaños 467 de la capital tolimense. Desde entonces la Concha cayó en el abandono y la desidia en la que hoy se encuentra a la que hay que incluirse el deterioro del mismo Parque Centenario que la bordea y que ha sufrido gran afectación arbórea con la corta de los samanes que allí reposaban.

Resulta bastante preocupante que a la licitación que hay en curso para recuperarla y que tiene un valor de más de 7 mil millones de pesos, la veeduría “Tolima Observa” haya realizado serias objeciones dentro de las que hay que destacar, la falta de exigencia de la experiencia específica teniendo en cuenta que el Parque Centenario es un bien de interés cultural, ambiental y patrimonial y la experiencia exigida a posibles contratistas no incluyen estas características. Igualmente, las inconsistencias en el uso del suelo que podría cambiar colgadas en el pliego, dada la idea de generar una supuesta pista de atletismo en la zona, la falta de claridad en el presupuesto pues ya habrían sido usado unos recursos en 2022 para una consultoría de la que no se conocen resultados, así como errores en el cronograma y documentos precontractuales, y deficiencia en los estudios previos y análisis del sector.

Para nadie es un secreto que desde que se construyó el Coliseo Mayor del Parque Deportivo, la administración municipal, ha usado este escenario no solo para las justas deportivas, sino para eventos culturales, dentro de los que se destacan el cumpleaños de Ibagué y la coronación del Reinado Nacional del Folclor que se realiza en junio.

No obstante, y aunque es positivo que la ciudad ya cuente con un coliseo como este, no se puede negar la necesidad y la deuda que tiene la administración municipal con la Concha Acústica, por todo lo que representa desde su construcción en 1983. Es cierto que muchos ibaguereños utilizan el Parque Centenario para trotar, correr y hacer ejercicio, y eso es sano e importante considerarlo, pero el fin de la Concha Acústica es cultural, y si queremos seguir vendiéndonos como la “ciudad musical de Colombia” no podemos darle la espalda a la historia y a esa sentida necesidad de recuperarla, sin que ello genere más traumatismos o incluso más hechos de corrupción como los ocurridos en 2015 con los escenarios deportivos. A mí sí me gustaría conocer, la postura de Alexander Castro, Secretario de Cultura y Turismo del Tolima y del Consejo Departamental del Patrimonio Cultural, a quienes al parecer tampoco han tenido en cuenta en la licitación en curso. Por favor, artistas tolimenses con repercusión nacional: Un SOS por la Concha Acústica.