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Armero: 40 años con ciencia volcánica, una mirada inédita a la erupción del volcán Nevado del Ruiz

La nueva producción del Servicio Geológico Colombiano reconstruye, desde la mirada científica y humana, la erupción del volcán Nevado del Ruiz ocurrida el 13 de noviembre de 1985 que derivó en la muerte de aproximadamente 25 mil personas. 
Imagen
El monitoreo del domo volcánico del Nevado del Ruiz es constante por parte del SGC.
Crédito
SGC
13 Nov 2025 - 6:29 COT por Alfonso Aya Roa

El 13 de noviembre de 1985, el volcán Nevado del Ruiz hizo erupción. El lahar que descendió por las cuencas de los ríos Azufrado, Gualí y Lagunilla arrasó con el municipio de Armero, Tolima, mientras que otro flujo de lodo y escombros, proveniente de la quebrada Nereidas y los ríos Claro y Chinchiná, afectó gravemente a las poblaciones de Villamaría y Chinchiná, Caldas. 

La tragedia dejó cerca de 25 mil víctimas y marcó uno de los episodios más dolorosos de la historia del país. Lo que pocos saben es que aquel desastre también sentó las bases de la vulcanología en Colombia y transformó para siempre la forma en que el país estudia, monitorea y convive con sus volcanes.

Cuarenta años después, el Servicio Geológico Colombiano, SGC, regresa a ese momento para contar, de forma inédita, qué sucedió geológicamente aquella noche y cómo este evento marcó un antes y un después en la gestión del riesgo en Colombia. 

En conmemoración de esta fecha, el SGC estrenará el documental Armero: 40 años con ciencia volcánica, una producción audiovisual que, a través de las voces de sus científicos y científicas, junto a las de sobrevivientes y damnificados del Tolima y Caldas, construye un relato que entrelaza la ciencia y la memoria.

La producción se estrenará hoy a las 4:00 pm. por Señal Colombia y a las 8:30 pm. por Telecafé. A partir del 14 de noviembre, estará disponible en el canal oficial de YouTube del SGC para todo el público.

Una mirada inédita desde la ciencia

A diferencia de otras producciones centradas en el impacto social, el documental propone una mirada científica y pedagógica del desastre, mostrando por primera vez una animación del momento exacto de la erupción del volcán Nevado del Ruiz y revelando nuevos hallazgos sobre el mito de la represa natural ubicada en la vereda El Sirpe, así como avances en los nuevos modelos de flujo de los lahares y las rutas de llegada del material volcánico hacia las poblaciones que podrían verse afectadas por este fenómeno volcánico en un escenario eruptivo. 

Más allá del recuento histórico, es una producción que invita a reflexionar sobre la importancia de entender los procesos volcánicos, fortalecer la comunicación entre la ciencia y las comunidades, y promover una cultura de prevención y convivencia con los volcanes activos del país.

“Los científicos todavía tenemos un gran desafío al momento de divulgar: lograr que el conocimiento que generamos llegue de forma clara a las comunidades y que estas puedan apropiarse de él. 

En el caso volcánico, y con antecedentes tan significativos como las tragedias de Armero, Chinchiná y Villamaría, producciones como esta documental representan una valiosa oportunidad para consolidar en Colombia la idea de que una erupción no debe ser vista necesariamente como sinónimo de desastre”, dijo Julio Fierro Morales, director del Servicio Geológico Colombiano.

Con una duración de 52 minutos, Armero: 40 años con ciencia volcánica fue rodado en más de 20 lugares del área de influencia del volcán Nevado del Ruiz, entre Tolima y Caldas, incluyendo El Refugio, un icónico centro de reuniones que quedaba a 2,5 km del cráter Arenas, la estación de monitoreo volcánico La Olleta, las cuencas de los ríos Azufrado y Lagunilla, y los municipios de Armero, Murillo, Villahermosa, Manizales y Villamaría. Su realización inició en febrero de 2025 y culminó en octubre del mismo año, tras un trabajo interdisciplinario que combinó la rigurosidad científica con una narrativa audiovisual accesible para todos los públicos.

El título resume su esencia: combinar la ciencia con la conciencia ciudadana y comunitaria sobre la importancia de convivir con volcanes activos, entenderlos y reducir el riesgo mediante el conocimiento, la comunicación y la acción colectiva. 

A través de imágenes inéditas, archivos históricos y testimonios actuales, el documental busca rendir homenaje a la memoria de las víctimas, visibilizar el legado científico de una generación de pioneros de la vulcanología en Colombia y reafirmar el compromiso del SGC con la investigación en geociencias para la vida.

La narrativa fue desarrollada por el Grupo de Trabajo de Comunicaciones del SGC, bajo la dirección del periodista Daniel Zamora Quiroga y la realizadora Marcela Han, en diálogo con los científicos y científicas de la entidad, quienes aportaron más de cuatro décadas de investigación, monitoreo y acompañamiento a las comunidades que habitan las zonas de influencia del volcán.

“Uno de los grandes retos de la ciencia es que los números tengan rostros. A veces, el dato a secas invisibiliza al ser humano que hay detrás, y este evento no solo habla de miles de personas que fallecieron, sino de miles de historias, de duelos, de preguntas que, por desgracia, siguen sin resolverse. Encontrar el equilibrio entre la mirada científica y el respeto por la memoria de los sobrevivientes ameritó la toma de muchas de las decisiones en la elaboración de este documental, así como planteó un desafío en el tono narrativo”, afirma Daniel Zamora, codirector de la producción.

El documental concluye con una afirmación esperanzadora: hoy Colombia conoce mejor sus volcanes y tiene la capacidad de prevenir tragedias como la de Armero. Con sistemas de monitoreo en tiempo real, una red científica sólida y el compromiso de los científicos del SGC, las erupciones volcánicas no deben volver a ser entendidas como sinónimo de desastre.

En definitiva, Armero: 40 años con ciencia volcánica es un documental que todos los colombianos deberían ver, pues recuerda que la memoria y la ciencia son aliadas indispensables para proteger la vida. A través de su relato, invita a comprender que convivir con los volcanes no significa temerles, sino conocerlos, respetarlos y aprender de ellos. Promover una cultura volcánica implica reconocer que el conocimiento científico salva vidas y que la historia no debe olvidarse.