En la tarde del jueves 21 de agosto, hacia las 2:50 p. m., se registraron dos explosiones en inmediaciones de la base aérea Marco Fidel Suárez, en Cali. El hecho fue catalogado por las autoridades como un posible atentado terrorista.

De acuerdo con la información confirmada por la Fuerza Aérea Colombiana, el balance preliminar es de seis personas fallecidas, entre ellas un menor de nueve años, y al menos 60 heridos. Las cifras podrían variar en el transcurso de las próximas horas.

Los primeros reportes indican que un camión cargado con explosivos fue abandonado en la entrada principal de la base, en una zona de alta circulación de transeúntes y actividad comercial. Testimonios recogidos en el lugar señalan que también se hallaron cilindros de gas que no llegaron a detonar.

Las investigaciones iniciales apuntan a que el ataque podría estar relacionado con retaliaciones de las disidencias de las Farc frente a los operativos militares desarrollados recientemente en el Cañón del Micay, en el suroccidente del país.

El Ejército y la Policía Nacional reiteraron que los grupos armados ilegales han dirigido sus acciones contra instalaciones oficiales y espacios urbanos concurridos con el objetivo de generar afectaciones masivas y mantener presión sobre la población civil.