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Lo bueno, lo malo y lo feo del Festival Folclórico Colombiano 2023

El desorden y el caos que se presentó en el Desfile Nacional del Folclor lastran la edición 49 del evento. Arrecian las críticas a la organización de las festividades.
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Ecos del Combeima
4 Jul 2023 - 6:53 COT por Ecos del Combeima

Concluida una nueva versión de las tradicionales fiestas folclóricas y patronales en Ibagué, son muchas las críticas sobre la organización de los eventos, sobretodo, por cuenta del desorden, el caos y las riñas que empañaron el Desfile Nacional del Folclor.

Como todos los años, el Festival Folclórico Colombiano convocó a miles de personas en las calles de la ciudad en los eventos principales, pero este año la Avenida Quinta se vio desbordada de gente y la deficiente organización, la falta de seguridad, la incultura ciudadana y la dificultad de las autoridades de policía para controlar e imponer el orden, dejaron una mala imagen.

Pero no todo es negativo, repasemos lo bueno, lo malo y lo feo, a manera de brújula, de lo que debe mejorar y reinventarse, para que el evento folclórico referente del país, tome nuevos aires en las próximas versiones.

Lo bueno:

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Indudablemente, la reina Katherine Margarita Ortiz Peña, quien hizo un magnífico espectáculo en la velada de elección y logró que la corona del Folclor se quedara en casa después de varios años. Esforzada, dedicada, alegre, incansable y comprometida con el honor de representar al Tolima y su objetivo de ser su Majestad del Folclor 2023.

El Festival de Festivales que retornó con los seis grupos invitados: Corporación cultural Luna Roja, Fundación Cultural Haskala de Colombia, Agrupación Renacer Folclórico, Agrupación Achalay, la Escuela de Formación Casa de la Cultura “Cacique Ondaima”, y la Corporación Nativos Carnaval de Barranquilla.

Los más de 80 eventos gratuitos, entre ellos conciertos con cantantes nacionales e internacionales como Greeicy Rendón, Mike Bahía, Tito Nieves, Marbelle, Charlie Aponte, Carrizosa, Los Hermanos Rosario, Kbeto Zuleta y Lady Yuliana.

El aporte a la economía de la ciudad en sectores como los restaurantes, los hoteles, los bares y discotecas, microempresarios tamaleros y lechoneros, las ventas informales y hasta los recicladores que recogen latas de cerveza en grandes cantidades se vieron beneficiados

Lo malo:

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Los cuestionamientos por un supuesto despilfarro de recursos en los lanzamientos del Festival Folclórico en Nueva York y en Medellín con fiesta en una discoteca. Se estima que con alrededor de $5.400 millones en gastos, este Festival es el más costoso de la historia.

Los palcos para ver los desfiles redujeron la movilidad de la gente, en lo que se convirtió en un negocio con el espacio público. Esto ocasionó que las personas se metieran a la Quinta y que el desfile lo pudieran apreciar solo quienes pagaron, mientras otros lo intentaban apeñuscados contra las barandas.

El Desfile Nacional del Folclor tuvo este año la participación de 13 reinas, mientras en Neiva fueron 23 candidatas las que compitieron por la corona del Bambuco. Parecía más un desfile de marcas y empresas, cuando debía primar el folclor y la cultura.

En el desfile no hubo secuencia ni orden, las carrozas iban muy espaciadas, no se le dio importancia a la Reina del Carnaval de Barranquilla ni a la actual Señorita Colombia. Los grupos musicales desaparecieron y fueron desplazados por carros con sonidos estrambóticos.

Faltó empatía con los niños, las personas con discapacidad y los adultos mayores para poder ver el desfile. Se notó la falta de planeación y organización.

Lo feo:

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La gente atravesada en el desfile sin dios ni ley, rompiendo las polisombras para estar en los separadores dañando las plantas, reflejo de la falta de cultura ciudadana que aqueja a muchos ibaguereños.

La riñas y peleas a machete en plena calle que ocasionaron pánico y estampidas de la gente en medio del desfile del Folclor, pudiendo generar alguna tragedia que gracias a Dios no sucedió.

La falta de autoridad para controlar el caos y la falta de respeto a la policía, a quienes incluso les lanzaban espuma en la cara.

Muchos jóvenes desmedidos con el consumo de drogas y alcohol.

Ni hablar de la basura y lo sucia que quedó Ibagué por el mal comportamiento ciudadano y la falta de pertenencia con la capital tolimense.
 

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