En medio de fuertes cuestionamientos, denuncias públicas y presiones políticas, Jorge Cabrera fue removido de la gerencia de la Unidad de Salud de Ibagué (USI). Su salida marca el fin de una gestión que estuvo rodeada de polémicas, contratos en entredicho y múltiples señalamientos sobre el manejo administrativo de la entidad.

La decisión se conoció en las últimas horas y ha generado todo tipo de reacciones en el ámbito político local. Cabrera era considerado uno de los últimos representantes de la llamada “cuota hurtadista” dentro de la administración municipal, por lo que su salida también se interpreta como un movimiento político que reacomoda las fichas al interior del gabinete.

Durante su paso por la gerencia, la USI se convirtió en foco de debates en el Concejo Municipal, especialmente por presuntas irregularidades en procesos contractuales y cuestionamientos sobre la calidad en la prestación de los servicios de salud. Aunque Cabrera siempre defendió su gestión, los críticos sostienen que no logró dar resultados frente a las necesidades de la ciudadanía.

La salida del gerente ocurre en un momento complejo para la salud pública de la ciudad, con múltiples quejas de usuarios y reclamos por la falta de atención oportuna. Sectores ciudadanos y gremiales han advertido que la USI necesita una reestructuración profunda que priorice la transparencia y el servicio eficiente, por encima de los intereses políticos.

Por ahora, se espera el nombramiento de un gerente encargado mientras la administración municipal define quién asumirá en propiedad la dirección de la entidad.