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¡La Policía de Ibagué cumplió el sueño de Camila!

Esta guerrera de la vida vivió uno de los mejores momentos de su existencia gracias a la METIB.
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25 Oct 2024 - 7:18 COT por Ecos del Combeima

En la ciudad donde florecen los ocobos, la noche del 18 de octubre, la Policía Metropolitana de Ibagué, se preparaba para el desarrollo de una operación que demandaba del compromiso de los mejores hombres y mujeres de esa unidad policial.

El lugar del operativo era un restaurante campestre, prestado por los propietarios, para una reunión que se organizaba en su interior. Según información de inteligencia, desde tempranas horas, se observaba un flujo constante de personas y vehículos.

Cuando el reloj marco las 18:00 horas, se lanzó la operación “Renacer esperanza”, un grupo de más de 15 hombres y mujeres, liderados por el señor Coronel Diego Mora, comandante de la metropolitana de Ibagué, llegaron al restaurante “Rustico”, ubicado en la variante, vía Cajamarca.

En el lugar, ya se encontraban las dos personas más importantes, la señora Eneida Correa Rubio y su hija Liseth Camila Ospina Correa, las protagonistas de esta historia.

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Su historia

Hace 15 años, en el hospital del municipio de Rovira - Tolima, nació Liseth Camila Ospina Correa, la segunda de cuatro hermanos.

Desde su nacimiento, Camila enfrento grandes desafíos, fue diagnosticada con, mielomeningocele, hidrocefalia, pie equino, displacía de cadera y escoliosis, condiciones que la postraron en una silla de ruedas.

A pesar de las adversidades, su mama, la señora Eneida Correa, entrego su cotidianidad a cambio del  bienestar de su segunda hija, las vicisitudes de la vida, convirtieron a esta familia en una inspiración.

Hoy, la familia correa, está conformada por cuatro hijos, Yensury de 20 años, Camila de 15, Samuel de 5 y Jerónimo de  4 años. La señora Eneida, lucha cada día para sacar adelante a sus hijos, trabajando de manera esporádica, acompañando a personas que se encuentran hospitalizadas y vendiendo ropa a través de las redes sociales.

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Camila, se convirtió para su familia, sus amigos, y para quienes la conocen, en un símbolo de resiliencia. Con ella, renacieron las esperanzas de trabajar incansablemente por una sociedad más incluyente, soñar en un futuro no muy lejano, donde todos los niños pueden sonreís sin temores.

Resulta fascinante pensar, que una niña de 15 años, con diagnósticos complejos de salud, sigue regalando sonrisas, abrazos y buena vibra, recorriendo el mundo en su silla de ruedas con un actitud contagiosa.

Es así que, un día cualquiera, hace 4 años, a través de las redes sociales se fraguo un encuentro que marcaría la vida de la familia Correa y de un grupo de uniformados de la Policía Comunitaria de Ibagué.

Esta valerosa niña, desde sus 10 años, había incursionado en la venta de pijamas a través de las redes sociales, lo que permitió, el inesperado encuentro entre su familia y la patrullera Jessica, del grupo de comunitaria de la estación de policía norte.

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Desde que esta uniformada, conoció a Camila, hubo una transformación en su forma de ver la vida, y dio paso, a una amistad que día a día se fortalece, sin prejuicios, sin reproches, cementada en la esperanza y la ilusión de un mejor mañana.

Para el mes de Agosto de 2024, la silla de ruedas de Camila, dejo de funcionar, resultado del crecimiento de Cami y del paso del tiempo que, ya dejaban ver el desgaste de la silla ruedas.

Sin pensarlo, el grupo de policía comunitaria, inicio la gestión, logrando que, la secretaria de desarrollo social de la alcaldía, donara una silla de ruedas nueva para Camila. Su entrega a pesar de que no fue con bombos y platillos, significo mucho para los protagonistas de esta linda historia.

Los quince años de cami, la operación ‘Renacer Esperanza’

Dicen que los amigos, son como la familia que elegimos con el corazón, que sin llevar la misma sangre, generan lazos inquebrantables de hermandad y que despiertan la necesidad imperante de siempre velar por el bienestar de quien se considera, el mejor amigo. 

 

 Inspirados por esta idea y por el deseo de que Camila viviera los quince años como siempre lo soñó, el grupo de Policía Comunitaria, con el apoyo de diferentes entidades y personas, dio inicio a la organización de la que llamarían, operación “renacer esperanza”. 

El viernes 18 de octubre, a las 18:00 horas, en el restaurante campestre, “rustico”, se dio inicio a la celebración. Camila hizo su entrada triunfal, recorriendo una calle de honor formada por los policías de la metropolitana de Ibagué, que con sus guantes blancos, le marcaban el camino hacia la felicidad. 

En medio del escenario, se encontraba una caja grande, recubierta por varios pliegos de papel regalo, que capturaba la atención de todos. Camila y su familia, no dejaban de pensar en, que había dentro de la caja misteriosa.  

Al anunciarse la sorpresa que se tenía preparada, el Coronel Diego Edixon Mora Muñoz, comandante de la metropolitana de Ibagué, se acercó a Camila y le hizo entrega de la gran caja. Camila con una sonrisa en su rostro, empezó a rasgar cada pieza de papel, hasta lograr destapar la caja.

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Los uniformados ayudaron a extraer de la caja, el regalo esperado, como si se tratara de un destello del sol, relucia, una nueva silla de ruedas, esta vez, una silla con funcionamiento eléctrico.

Esta silla, había sido donada por la señora Sol Covaleda, de la fundación “nuestra señora de la esperanza”, a pesar de que no era un elemento nuevo, estaba en óptimas condiciones, solo requirió de retoques, como pintura y limpieza, que fueron realizados por el grupo de Policía Comunitaria.

En su nueva “carroza”, como le llama Camila, pudo bailar el vals y disfrutar de una noche cargada de música, serenatas, diversión y por su puesto mucho, pero mucho, amor, que marcaron el día de sus quince años, que quedara grabado en su memoria para siempre.

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La verdadera amistad no conoce barreras, sino que se fortalece con el apoyo incondicional, la empatía y la capacidad de ver más allá de las limitaciones. En esos lazos inquebrantables, las personas encuentran no solo fortaleza, sino también la libertad de ser ellas mismas, recordándonos que el mayor acto de amistad es caminar juntos, sin importar el terreno que se deba recorrer.