Junta de Acción Comunal de La Pola en encrucijada por reforma: desafíos y esperanzas
La Junta de Acción Comunal (JAC) de La Pola, una organización que durante años ha sido un pilar en el desarrollo comunitario, se enfrenta a un nuevo desafío: la implementación de la Ley 21.66 del 2021. Esta reforma estatutaria, que obliga a las juntas a presentar un registro único de beneficiarios y actualizar sus estatutos, ha generado tanto expectativas como preocupaciones entre sus miembros.
Néstor Alfonso Delgado, quien lidera la JAC de La Pola, destacó la importancia de esta reforma, que busca modernizar y hacer más eficiente la gestión de las juntas. “Estamos comprometidos en presentar la documentación al día y en hacer que nuestros socios sientan un mayor sentido de pertenencia y compromiso con la junta”, afirmó Delgado. Sin embargo, también reconoció que la actualización de los estatutos ha sido un proceso complejo que requiere constante asesoría y capacitación.
Uno de los aspectos más críticos que mencionó Delgado es la falta de recursos financieros y la necesidad de que las juntas tengan mayor autonomía en la gestión de los espacios públicos y comunitarios. “Las juntas no tienen en muchos casos soportes económicos de grandes cuantías, y esto nos pone en una situación difícil cuando se trata de desarrollar proyectos que beneficien a la comunidad”, explicó. La autonomía, según Delgado, permitiría a las juntas operar con mayor eficacia y responder mejor a las necesidades locales.
Otro de los desafíos que enfrentan las JAC es la inseguridad en los barrios. Delgado subrayó la importancia de crear estrategias comunitarias de seguridad, ya que es imposible tener un policía detrás de cada ciudadano. Además, destacó la necesidad de que la comunidad asuma un compromiso con el saneamiento de las vías y el manejo adecuado de los residuos, aspectos que las juntas podrían gestionar mejor con un mayor control local.
En cuanto a la organización interna de la JAC de La Pola, Delgado enfatizó la importancia de contar con profesionales capacitados en áreas clave como la elaboración de proyectos y la administración. “Sería prudente que las juntas pudieran tener asesores permanentes, como contadores e ingenieros, que ayuden a gestionar los proyectos y a cumplir con las exigencias administrativas”, sugirió.
Finalmente, Delgado hizo un llamado a las autoridades para que reconozcan el papel estratégico de las juntas de acción comunal en el desarrollo local. “Somos co-equiperos en la construcción de una mejor comunidad, y muchas veces nuestras voces no son escuchadas. Es crucial que se nos considere como aliados en los planes de desarrollo,” concluyó.
La JAC de La Pola, al igual que muchas otras en el país, se encuentra en una encrucijada. Con la reforma estatutaria en marcha y las crecientes demandas de la comunidad, el camino hacia un futuro más autónomo y eficiente parece ser tanto un desafío como una oportunidad para estas organizaciones fundamentales en la vida barrial.