Once días de bloqueo: el paro arrocero que paralizó al Tolima y sacudió al centro del país
El paro nacional arrocero se consolidó como una de las noticias más relevantes del año en el Tolima.
Durante 11 días consecutivos, los bloqueos intermitentes en las principales vías del departamento paralizaron la movilidad, afectaron el comercio y el abastecimiento, y tuvieron repercusiones directas en el centro del país, evidenciando la profundidad de la crisis que atraviesa uno de los sectores agrícolas más importantes de Colombia.
La movilización tuvo como detonante la fuerte caída en el precio del arroz paddy verde.
Para los productores, este desplome hacía inviable la actividad y amenazaba con llevar a la quiebra a pequeños y medianos arroceros del Tolima y el Huila.
El ingreso ilegal de arroz desde Ecuador y Perú fue otro de los puntos centrales de la protesta.
Los productores insistieron en que el contrabando satura el mercado interno, presiona los precios a la baja y pone en riesgo la sostenibilidad de la producción nacional, sin que exista un control efectivo por parte de las autoridades.
Con el paso de los días, los bloqueos se extendieron en corredores estratégicos del Tolima, afectando municipios como Saldaña, Armero, Natagaima, Lérida, Coello y la vía a Cambao.
El impacto no solo se sintió en el departamento, sino también en el transporte de carga y pasajeros hacia el centro del país, aumentando la presión sobre el Gobierno Nacional para encontrar una salida negociada.
Desde el Ejecutivo, la directora de Capacidades Productivas del Ministerio de Agricultura, Silvia Becerra, defendió la gestión del Gobierno del presidente Gustavo Petro y aseguró que se habían adoptado medidas “sin precedentes” para atender la crisis.
La funcionaria insistió en la necesidad de un diálogo amplio y advirtió que no podían hacerse negociaciones con un solo actor de la cadena, dado que los cambios exigidos eran de carácter estructural.
En medio de la tensión, la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz) reiteró su llamado a la concertación y alertó sobre las graves consecuencias económicas que podría generar la falta de acuerdos. Su gerente general, Rafael Hernández Lozano, subrayó que más de 500 mil familias en más de 200 municipios dependen del cultivo del arroz y advirtió que la ausencia de consensos ponía en riesgo la supervivencia del sector productor.
Tras 11 días de protestas, mesas de negociación y presión regional, el paro llegó a su fin con un acuerdo entre el Gobierno Nacional y los representantes del gremio arrocero.
Uno de los puntos clave fue la definición del precio de la carga de arroz paddy verde, que quedó fijado en $198.686 para los departamentos de Tolima y Huila, así como el compromiso de avanzar en una resolución de libertad regulada de precios.
El levantamiento del paro permitió la reapertura total de las vías bloqueadas.
Las autoridades confirmaron la normalización del tránsito en puntos críticos como el puente sobre el río Saldaña, el cruce a Cambao en Armero, el sector Pueblo Nuevo en Natagaima, Hotel La Fontana en Lérida y la variante Chicoral en Coello, devolviendo gradualmente la movilidad al departamento.
La gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, quien participó en las mesas de diálogo en Bogotá, respaldó la legitimidad de las demandas del sector y pidió celeridad en el cumplimiento de los compromisos asumidos.
Así, el paro arrocero no solo dejó 11 días de vías cerradas y pérdidas económicas, sino que se convirtió en un llamado de alerta sobre la urgencia de soluciones estructurales para garantizar la sostenibilidad del arroz colombiano.
