FMI urge a Colombia a un ajuste fiscal creíble y mantener independencia monetaria

El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, FMI, concluyó la Consulta del Artículo IV de 2025 con Colombia y divulgó un balance mixto sobre la economía.
El organismo destacó que el país entra en un año preelectoral con crecimiento en torno a 2,5 % y una inflación que empieza a ceder gracias a la política monetaria estricta, pero alertó por el déficit fiscal en expansión, el aumento de la deuda y la debilidad de la inversión privada frente a la incertidumbre de políticas.
En junio, el gobierno invocó la cláusula de escape para suspender la regla fiscal hasta 2027.
Según el FMI, regresar a la regla en 2028 exigirá un esfuerzo sustancial de consolidación, en un contexto donde el déficit fiscal y la pérdida de anclas de política ya han elevado los spreads soberanos. Las reservas internacionales permanecen adecuadas, con una cobertura de 131 % de la métrica ARA a junio de 2025.
Las proyecciones señalan un crecimiento de 2,5 % en 2025 que tenderá a moderarse con el ajuste fiscal, antes de converger a su potencial. La inflación cerraría el año en 4,5 % y alcanzaría la meta de 3 % a comienzos de 2027.
El déficit en cuenta corriente se ampliaría a 2,5 % del PIB en 2025. El FMI subrayó que los riesgos a la baja provienen de tensiones comerciales y geopolíticas, condiciones financieras globales más estrictas y, en el frente interno, de mayores retrasos en la consolidación fiscal, incertidumbre política e inseguridad.
El Directorio fue explícito en señalar que, tras repetidos desvíos fiscales y la suspensión de la regla, “la política fiscal y el marco de política se han deteriorado” y “han pasado de una calificación muy fuerte a una considerablemente más débil”. Esto, advirtieron, compromete la continuidad de Colombia en la Línea de Crédito Flexible, FCL. Los directores instaron a cumplir las metas de déficit en el corto plazo y respaldaron el plan de retornar a la regla en 2028.
El FMI enfatizó que la consolidación fiscal debe ser creíble y decisiva, combinando medidas de gasto e ingreso que no frenen el crecimiento, reduciendo rigideces presupuestales y adoptando planes de contingencia.
Una consolidación clara permitiría reanclar expectativas, reducir costos de financiamiento y mejorar la mezcla de políticas. El Fondo advirtió que sin un ajuste ordenado existe el riesgo de un “sudden stop” en flujos de capital.
En política monetaria, el Directorio elogió la postura estricta del Banco de la República y consideró que debe mantenerse para enfrentar presiones inflacionarias persistentes.
Subrayó que la normalización de tasas debe ser cautelosa y dependiente de los datos, preservando la independencia del banco central. También respaldó la flexibilidad cambiaria como amortiguador ante choques, con intervención cambiaria sólo en episodios de desorden.
Respecto al sistema financiero, el FMI indicó que es “ampliamente resiliente”, pero recomendó monitoreo cercano ante las altas tasas de interés reales, la exposición soberana de los bancos y sus vínculos con entidades no bancarias. Además, instó a avanzar en la implementación de las recomendaciones del FSAP 2022 y a diseñar una gobernanza sólida para el nuevo fondo público de ahorro pensional.
De cara al mediano plazo, los directores recomendaron reformas para elevar la productividad, aumentar la participación laboral y diversificar la economía. También destacaron la necesidad de que la transición energética sea gradual y bien diseñada, para no comprometer la estabilidad macroeconómica.
Finalmente, el FMI pidió fortalecer la gobernanza y la transparencia como base para mejorar el clima de inversión y apoyar un crecimiento sostenible.