Armero, 36 años de olvido
Hace más de tres décadas, el 13 de noviembre de 1985, el país vivió una de las catástrofes más grandes, la tragedia de Armero. Un suceso que marcó un antes y un después en la vida de los sobrevivientes que se quedaron sin nada y la gran tristeza que dejó la perdida de vidas, de tierras y que enterró un municipio dejando una huella imborrable.
A la fecha, tras 36 años de este desastre natural, algunos habitantes aseguran que el lugar se encuentra en abandono y olvido. María Estela Vásquez, es una armerita que trabajó articuladamente con la exsenadora Rosmery Martinez, quien promovió la ley 1632 de 2013, que tiene por objeto rescatar y afianzar la memoria y la identidad histórica y cultural de la desaparecida ciudad de Armero y la proyección de su legado al mundo.
Ante esto, sostuvo que también se tiene el CONPES 3849 de noviembre de 2015, que plantea las estrategias para rendir honores a la desaparecidad ciudad de Armero y sus víctimas y posteriormente con el decreto 214 se creó la comision intersectorial, acciones que se desarrollaron pensando darle 'una nueva oportunidad' al municipio.
"Creemos que se ha avanzado en esta parte, pero este gobierno ha estado muy lento en el desarrollo, estamos sentados en lingotes de hora y mire qué encuentran, una soledad absoluta (...) necesitamos saber que ministerio va reponsabilizarse de la nacionalización de los terrernos de Armero", señaló.
Por su parte, Esperanza Tovar, indicó que la tragedia de Armero se asemeja a la Catástrofe de Pompeya en Italia, teniendo en cuenta que fueron ciudades arrasadas por fuerzas naturales (volcán). No obstante, manifestó que los decretos y leyes que se estructuraron bajo la premisa de reivindicar la dignidad de una ciudad, no han servido, porque no ha existido voluntad política.
Además, añadió que no se han explotado las bondades de ese territorio, teniendo en cuenta que no le dan importancia al mismo. Igulamente, agregó que "debe haber un reconocimiento, posteriormente la nacionalización, que consiste en una indeminizacion para que los terrenos pasen a ser del Estado".
Así mismo, el arquitecto Luis Fernando Monroy, se refirió a Armero como un destino turístico que se debe aprovechar, teniendo en cuenta la vocación turística del Norte del Tolima, las vías de acceso y la posibilidad de atraer inversión por medio de las ruinas de Armero, que se pueden intervenir y restaurar.
También, Romel Peña, sobreviviente de este suceso aseveró que "la negligencia es total desde la fecha hasta hoy", debido a que el municipio tiene estructuras que se pueden remodelar y consolidar escenarios importantes que fortalezcan la economía, la visibilización y el turismo de Armero y así mismo, reivindiquen a este lugar que ha quedado en el olvido.
Ante este escenario, Esperanza Tovar precisó que, "todo se resume en que no hay volountad política y entre los armeritas no ha habido la suficiente unión para liderar temas. Perdimos nuestras raíces, se perdió la identidad".
No obstante, María Estela acotó que se aunaron los mayores esfuerzos para que la ley fuera real y con base a ello extendió la invitación para que los coterráneos de ese municipio miren hacia adelante y creen empresa, empleo y crecimiento para la región.