En la zona rural de Ibagué, en medio de la pandemia un grupo de pequeños se enamoraron del arte que tiene la música clásica y durante el último año han aprendido a interpretar violines, violas, violonchelos y contrabajos repartiendo sus horas entre pentagramas y notas.

Estos pequeños encontraron en los instrumentos una pasión, una nueva forma de vida. Tal como es el caso de María José Hernández de 12 años de edad, quien cumplió su sueño de hacer parte de un grupo musical en el que interpreta el violín. "Mi más grande sueño es tocar en París con una orquesta de flamenco", sotuvo. 

Por su parte, Alexander Rojas, es el profesor encargado de impartir y motivar a estos jóvenes y niños en las clases de música. "Se les dio un instrumento a cada niño para que se lo llevarán para la casa, iniciaron sus clases virtuales, después de forma presencial y así nace una nueva generación de músicos y el talento lo llevan en la sangre", acotó.

Esto lo llevan a cabo los integrantes de la Orquesta Filarmónica Juvenil de la Caja de Compensación Familiar ComfaTolima, tres veces a la semana en el coliseo de la Institución Educativa Oficial Nueva Esperanza La Palma, en el corregimiento de Buenos Aires de Ibagué, a 15 minutos de Ibagué, un lugar en el que se impulsa su pasión y deseo de aprender más de música.

Hoy para estos niños, las notas musicales son fundamentales en su crecimiento y desarrollo personal y alternan su infancia y adolescencia entre juguetes, libros e instrumentos.