El drama del COVID-19 en el Tolima
Econoticias relató las historias de Mónica Murillo, Jorge Palacios, Martha Isabel Montiel y Jorge Hernando Amorocho. Estos 4 tolimenses tiene algo en común, a todos en diferentes escenarios el COVID-19 vulneró sus defensas.
Las cifras indican que en el Tolima desde que llegó la pandemia más de 60 mil ciudadanos han resultado infectados, de los cuales el 94.2% han ganado la batalla, pero cada día la cifra de muertes aumenta considerablemente.
Mónica Murillo es secretaria de gerencia de una reconocida empresa de la ciudad, un viaje a Neiva cree fue la oportunidad perfecta para que el virus llegara a su vida.
Jorge Hernando Amorocho, es padre y un gran trabajador, cometió un error decidió ir a ver la final del fútbol colombiano en un bar.
El COVID-19 no da tregua y aprovecha cualquier oportunidad que le demos para entrar a nuestro organismo.
Jorge Palacios es experto en Marketing Político, un hombre muy cercano a las administraciones públicas, como miles de colombianos en diciembre se reunió con un grupo de 8 amigos, cree que ahí el virus vulneró su cuerpo.
Martha Isabel Montiel es contadora Pública, se había cuidado bastante, pero un día que salió a realizar una compra, cree que tuvo un descuido.
Pese al tiempo que llevamos enfrentado el coronavirus, no hemos entendido la importancia del distanciamiento social y la necesidad de cumplir las medidas de bioseguridad.
Lamentablemente las autoridades han tenido que recurrir a medias como la implementación del toque de queda y los denominados confinamientos para que la ciudadanía entienda a lo que nos estamos enfrentando.
Todos debemos aportar
Y es que nosotros debemos poner más, así lo manifiesta el neumólogo Harold Trujillo al indicar que las medidas se deberán extremar si no hay un buen comportamiento.
“Dependemos de nosotros mismos y no de nadie más, si la ocupación de las UCI supera el 85% las administraciones deberán volver a implementar las medidas”, sostuvo Trujillo.
No a todas las personas les va de la misma manera, por ejemplo Jorge Amorocho no quiso ir al comienzo al hospital pero terminó en una UCI.
“Uno comienza con la negación, no eso es una gripa, uno se auto médica, duré tres días en mi cama, intentando parar la fiebre, incluso dormí con la almohada en el abdomen para poder respirar”.
Aunque Mónica Murillo no tuvo que ir a un centro asistencial, el COVID-19 le hizo pasar un mal rato. “Al séptimo día fue algo muy fuerte, hubo un día que con sol tenaz yo sentía frio y no podía respirar”.
En el caso de Jorge Palacios el virus no lo dejó dormir durante 6 días. “Un desgaste anímico particular el pensar que ir a Bogotá a llevar el virus a mi familia, eso fue algo muy duro”.
Martha Montiel tuvo un fuerte dolor de cabeza, pero pasó por alto este síntoma que el inicio del virus en su cuerpo “A los tres días perdí el olfato, reporté a la empresa mientras salía la prueba, pero al darme cuenta que era positiva es algo que lo desalienta, pero Dios siempre estuvo junto guardándome”.
Los esfuerzos
Y es que estamos en el momento de la mayor positividad aseguró Hernán Vargas, medico epidemiólogo – asesor de la Gobernación del Tolima. “Debemos seguir con las medidas de autocuidado, debemos evitar las aglomeraciones, el sector salud está cansado. Ver morir a la gente buscando atención es complicado”.
Muchos se preguntan que prueba es la más acertada, por lo menos en los casos de Jorge Palacios y Mónica Murillo las pruebas de sangre resultaron negativas y días después las PCR confirmaron la presencia del virus.
Pese a que la Gobernación del Tolima y la Alcaldía de Ibagué han realizado una importante inversión en la ampliación de la capacidad instalada, en momentos llega a ser insuficiente, así lo confirmó Johana Aranda, secretaria de Salud Municipal.
Los médicos están preocupados con la mortalidad tan alta, así lo manifestó al grupo de la Alcaldía de Ibagué el médico del hospital Federico Lleras, Luis Fernando Rincón.
“Nunca en mi trayectoria había visto una mortalidad tan alta, las personas se nos están muriendo, no respeta edad, sexo o condición social. Esta semana vi morir una joven de 23 años, por eso estoy de acuerdo con las medidas que se han adoptado. El porcentaje de las personas que llegan a UCI y se salvan es poco”, sostuvo Rincón.
Lo que se vive en las UCI
Uno de esos pacientes que se recupera poco a poco es Jorge Hernando Amorocho, él vivió una experiencia en la UCI, afirma que es muy duro ver morir a la gente.
“No se lo deseo ni a mi peor enemigo, uno llega a la clínica y empieza a ver como entuban a la gente, esto se va a oír muy triste pero ver que quienes no ganan la batalla salen en bolsas blancas, es algo muy doloroso y muy triste”.
¿De quién es la culpa?
Se requiere compromiso del sector público, pero también de las EPS, en casos como el de Jorge Palacios aparentemente hubo una negligencia.
“El 24 de diciembre llamé y me dicen que el 5 de enero se comunican conmigo, eso es una vergüenza, por eso es que mucha gente se complica, lo que me paso con Salud Total es patético”.
Para el periodista Andrés Forero existe una fatiga pandémica de la ciudadanía. “Hay una cuota de culpa de los ciudadanos, pero es claro que existe una fatiga, los ciudadanos están agotados por las restricciones que se vienen aplicando”.
Por su parte el medico Wilson Cediel afirmó que señalar a la ciudadanía es algo facilista por parte del Gobierno. “No se están mirando todos los factores, el retraso de las EPS, las demoras de los laboratorios y más importante aún el rastreo de los contactos estrechos, esa es la única forma de contener el contagio”.
Aunque muchos no lo crean están muriendo en casa un promedio de tres pacientes diarios en Ibagué, adicional a esto hay que atender los casos de los fallecimientos en los hospitales.
Por eso debemos evitar que llegue a nuestras familias el COVID-19, no tenemos que bajar la guardia, incrementemos las medidas y protocolos.