Campesinos alzan su voz: crisis en el sector agrícola de Cajamarca
Con una emotiva intervención, describió los retos económicos que enfrentan, reflejo de una problemática que golpea a millas de familias campesinas en todo el país.
"Nosotros, los productores de frijol, estamos viviendo una situación dura. Una carga de frijol nos cuesta producirla alrededor de un millón de pesos, mientras que un diario nos vale entre 60 y 70 mil pesos. La mano de obra es muy cara, y aun así, el campesino sigue trabajando con dedicación”, señaló, destacando la carga económica que enfrentan los pequeños agricultores.
El panorama es aún más crítico en el cultivo de arracacha. Según el testimonio del productor, los diarios para sembrar y cosechar este producto han llegado a costar hasta 100 mil pesos con alimentación incluida, mientras que la carga de arracacha se vende en el mercado por apenas 50 mil pesos. "Es doloroso ver cómo el esfuerzo del campesino no se refleja en un pago justo. Nos duele que una carga de arracacha cueste menos de lo que vale producirla", agregó.
Con la voz entrecortada, el campesino recordó sus raíces y el profundo vínculo que los productores rurales tienen con la tierra: "A mí no me corre sangre por las venas, me corre tierra. Lo digo con mucho dolor por todo mi gremio campesino, tanto en el Tolima como en el resto del país".
El llamado de los campesinos va dirigido a las autoridades locales y nacionales, exigiendo medidas que protejan y apoyen al sector agrícola, como la regulación de precios justos, acceso a subsidios, y estrategias para mejorar la comercialización de los productos del campo.
La región del Tolima, especialmente municipios como Cajamarca, conocida como la "Despensa Agrícola de Colombia", sigue enfrentando retos estructurales que dificultan el desarrollo de su potencial agrícola. Este testimonio pone en evidencia la urgencia de implementar soluciones efectivas que benefician a los pequeños y medianos productores.
"Hoy hablo no solo por mí, sino por todas las familias campesinas de nuestras veredas. Estamos aquí para trabajar, pero necesitamos que nuestras voces sean escuchadas. Muchas gracias por estar aquí, que Dios los bendiga", concluyó el agricultor, dejando un mensaje lleno de esperanza y clamor por el cambio.