Cinco claves para tener un wifi perfecto en casa
Los problemas con la red wifi en casa pueden ser frecuentes, sobre todo cuando el número de dispositivos conectados a internet crece y los megas contratados no son suficientes. Películas en baja resolución y demoras en la carga de páginas web o en el envío de correos con archivos adjuntos son algunos de los dolores de cabeza que pueden sufrir las personas con sus conexiones a internet en el hogar.
¿Por qué el rendimiento es mejor en una habitación que en otra? ¿Por qué la señal se cae si mi casa es un lugar pequeño? Para tener una experiencia mejor y mantener su red inalámbrica en óptimas condiciones, a continuación le presentamos una serie de recomendaciones.
1. Ubicación del ‘router’
El lugar donde se ubique el ‘router’ (el dispositivo que proporciona la conectividad de la red) es determinante para gozar de una buena experiencia, explica José Félix Vega, profesor del Departamento de Ingeniaría Electrónica de la Universidad Nacional. “Muchas veces la gente ubica este aparato en lugares que no son convenientes.
Por ejemplo, en el piso, detrás del televisor o dentro de un gabinete, entre otras cosas porque no combina con la estética del hogar. Estos dispositivos necesitan de una línea directa con el usuario para la comunicación; por eso, si se instalan en esos lugares la señal se verá afectada”, asegura.
El experto recomienda ubicar el ‘router’ en un sitio despejado y lo más central posible respecto del espacio que va a cubrir, para que la distribución de la señal sea equilibrada y llegue a todos los rincones. De hecho, advierte sobre la importancia de tener en cuenta la clase de paredes con que está construido el inmueble.
“Las paredes de ladrillo generan una atenuación, pero no es grave. En cambio, las que están hechas con concreto reforzado, que contiene elementos metálicos, matan la señal completamente. El wifi en espacios abiertos puede alcanzar unos 50 metros, pero en un apartamento –con paredes y obstáculos– esa distancia se puede reducir hasta a 10 metros”, señala Vega.
2. Bandas de frecuencia
El wifi utiliza el espectro radioeléctrico, es decir, unos canales inalámbricos que no son exclusivos de cada usuario, sino compartidos. Por eso, la señal se debilita cuando hay muchos dispositivos conectados a una misma red. Jorge Alvis, director de operaciones de Axity, empresa especializada en tecnologías de la información y las comunicaciones, explica que el wifi funciona en dos bandas de frecuencia: 2,4 GHz y 5 GHz (última generación).
“Como la primera banda es la más usada, existe la posibilidad de intermitencias. La segunda es menos común; por eso, si tiene opción de conectarse con esa frecuencia, la calidad del servicio será más estable”, detalla Alvis.
3. Expandir la señal
Para lugares con áreas muy grandes, utilice dispositivos adicionales que operen como amplificadores o repetidores. Todo esto con el fin de ampliar la zona de cobertura y llegar a espacios donde la señal wifi original no alcance a llegar con una potencia adecuada. En el mercado se encuentra un gran número de alternativas para este fin. Tenga en cuenta que los dispositivos conocidos como ‘rompemuros’ son ilegales. “No se pueden utilizar debido a que sobrepasan la potencia de la señal wifi regulada por la ley”, informa José Félix Vega, docente de la Universidad Nacional.
Tomado de: eltiempo.com