Montoya y Arango reclamaron el apoyo de los congresistas del Tolima y para ello se definió que habrá dos Talleres Democráticos antes – posiblemente el sábado 11 de abril – y después de la Consulta del 19 de abril, para respaldar a los mismos en la primera y para promocionar al ganador en la segunda con la asistencia de Uribe y la bancada parlamentaria del CD.  

El compromiso de los precandidatos será llevar al menos 5.000 de las 17.700 personas que se inscribieron en el uribismo en el proceso de carnetización que duró varios meses y del cual Ibagué es una de las más altas de Colombia. Uribe y Zuluaga saben que respetar las bases de su Partido por encima de intereses de cálculo político con opciones que no se la quisieron jugar por ellos puede ser la cuota de lealtad que necesitan ante la pugna santista - uribista que se dará en todo el país el próximo 25 de octubre.

El panorama aún no es claro para Gobernación del Tolima donde el Partido se encuentra totalmente dividido en tres corrientes: la de Carlos García Orjuela, Óscar Barreto Quiroga y el inédito nombre de Francisco José Mejía Sendoya.

El ex presidente del Congreso, García Orjuela, goza del apoyo de su hijo, el representante Pierre García, así como de un grueso grupo de uribistas y liberales independientes así como una buena parte del voto de opinión pública, pero no genera confianza por no haber ingresado al Partido, similar al caso Ricardo Ferro en Ibagué. Sin embargo es la mejor hoja de vida puesta en la palestra, una carta de experiencia, trayectoria y conocimiento que podría disputar la tercería ante el escenario Barreto – Jaramillo que no gusta a todo el Tolima.

El ex gobernador Óscar Barreto Quiroga tiene los afectos del sector de Milton Restrepo y el ex congresista Gustavo Ramos dentro del Partido y muchos uribistas se han identificado con él. Sus pecados: Su acercamiento reciente al santismo en posible coalición conservadora con el Partido de la U lo cual no le daría garantías a Uribe para las elecciones presidenciales donde jugarán Vargas Lleras, Alejandro Ordónez y Zuluaga en 2018; además se mueve en la cuerda floja entre investigaciones de la Fiscalía – recién anunciadas por el vicefiscal en Ibagué – sobre el desfalco del Banco de los Tolimenses y la contratación y déficit del Hospital Federico Lleras, así como en la Procuraduría por procesos licitatorios de presuntos tele direccionamientos para favorecer contratistas. Si Barreto se vuelve santista para muchos traicionaría un supuesto pacto para apoyar al actual procurador General Alejandro Ordóñez a la Presidencia; si continúa con su coherencia política y se mantiene en el uribismo se dice que desde el Gobierno Nacional la Fiscalía podría acelerar procesos como se vieron el pasado fin de semana.

La última carta inédita del uribismo sería la del ex analista de Ecos del Combeima, hoy analista de Blu Radio, el ex candidato a la Cámara por el Tolima, Francisco José Mejía Sendoya, quien goza del gran afecto de la senadora Paloma Valencia y obtuvo una magnífica votación superando en Ibagué y varios municipios al actual representante García Jacquier, en una campaña que gozó de independencia y lealtad con Uribe. Mejía Sendoya, al igual que Montoya y Arango es garantía de uribismo puro y no por conveniencias de cálculo político. Sus desventajas: No se le volvió a ver trabajando en el Tolima luego de la elección de hace un año y no promueve las candidaturas de su Partido tal como él mismo las reclamaría para Gobernación del Tolima.

El uribismo debe medir sus decisiones con cálculo político pero donde primen la lealtad, los principios, las propuestas, la preparación académica, el carisma, la coherencia política y además se estudien con el mismo rasero los avales para Alcaldía de Ibagué y Gobernación del Tolima porque este departamento tiene una oportunidad histórica para sacudirse de los gobiernos liberales que no gustan de todos los sectores de opinión pública que saldrán a las urnas a finales del mes de octubre.