“Antitécnica y populista, podríamos decir, que fue la definición del salario mínimo por parte del Gobierno Nacional”: Efraín Valencia
En una movida calificada por expertos como "antitécnica y populista", el Gobierno Nacional definió el aumento del salario mínimo para el 2025 en un 9,54%. Esta decisión supera con creces los principales indicadores económicos, como la inflación proyectada en 5.1% y la productividad, que apenas alcanzó el 1.75%.
El nuevo salario mínimo busca responder a las necesidades de los trabajadores, pero las críticas no se han hecho esperar. Analistas económicos señalan que esta medida podría frenar el desarrollo económico del país, afectando directamente las políticas del Banco de la República orientadas a reducir las tasas de interés y contener la inflación.
"Esta cifra es insostenible desde un punto de vista técnico. Se está poniendo en riesgo la estabilidad macroeconómica y el esfuerzo que se ha hecho para controlar la inflación", afirmó Efraín Valencia, presidente del Comité de Gremios del Departamento.
Además, el sector empresarial advierte que el alza podría traducirse en mayor informalidad laboral y menor creación de empleo formal, afectando principalmente a las pequeñas y medianas empresas, que representan el motor económico en regiones como el Tolima.
Por su parte, el Gobierno defendió la medida como un acto de justicia social para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores colombianos. "El salario mínimo debe garantizar una vida digna y no puede quedarse atrás frente a las necesidades de la gente", señaló.
El debate está servido: mientras algunos celebran la decisión como un alivio para las familias trabajadoras, otros temen que el costo de esta medida recaiga en el desempeño económico del país durante el 2025.
En departamentos como el Tolima, donde la productividad agrícola y la pequeña industria son pilares fundamentales, el impacto de esta decisión será determinante. Valencia Andrade, aseguró que "es fundamental que este tipo de decisiones se acompañen de estrategias regionales que amortigüen sus efectos negativos, como incentivos a las empresas locales y programas para fortalecer la economía formal".
Aunque el aumento del salario mínimo puede representar un alivio inmediato para millas de familias, el desafío será evitar que esta decisión, tomada aparentemente con tintes populistas, se convierta en un obstáculo para el desarrollo económico del país. El 2025 será un año crucial para medir los verdaderos efectos de esta controvertida medida.