Un inesperado giro político se ha robado los reflectores tras la conformación de la Comisión de Presupuesto en la Asamblea del Tolima. Los diputados Juan Guillermo Beltrán (Cambio Radical) y Felipe Ferro (Centro Democrático), con una maniobra estratégica, se han posicionado como figuras clave en este comité.

Con un presupuesto de 1,6 billones de pesos aprobado para 2024, y la posibilidad de que ascienda a casi 2 billones con las adiciones proyectadas, esta comisión es el corazón de las decisiones económicas del departamento. Sin embargo, se habría presentado un aparente error de cálculo.

De los quince diputados que componen la Asamblea, solo Esteban Duarte, del Partido Conservador y considerado un aliado incondicional de la administración, quedó en la comisión. Pero la oposición estará representada por Julio Morato (Partido Liberal) y Jaime Tocora (Pacto Histórico).

Por su parte, Beltrán y Ferro, aunque se identifican como cercanos al gobierno, no actúan como subordinados directos de la Gobernación. Esta dinámica podría complicar las aspiraciones de la Administración Departamental, que ahora deberá tender puentes y negociar cuidadosamente para garantizar el respaldo en la aprobación de sus proyectos.

¿‘Gol político’ o ‘autogol’?
Expertos en política local han calificado esta situación como un “gol político” de los asambleístas de Cambio Radical y del Centro Democrático, pero también como un potencial “autogol” del Gobierno Seccional. No asegurar una mayoría propia en la Comisión de Presupuesto pone en jaque la capacidad del gobierno de maniobrar sin contratiempos en un escenario donde el poder de decisión está fragmentado.

La situación deja interrogantes cruciales: ¿logrará la Gobernación mantener una relación efectiva con estos dos diputados clave? ¿Qué consecuencias tendrá esta configuración en la ejecución de los recursos del próximo año?

Con el control de la comisión en manos de figuras que no responden plenamente al gobierno, Juan Guillermo Beltrán y Felipe Ferro han emergido como piezas fundamentales en el tablero político de la corporación. Su influencia podría definir el rumbo económico del departamento en 2024, dejando en evidencia que, en la política, a veces un solo movimiento basta para cambiar todo el juego.