Todos contra el régimen de Nicolas Maduro, una caída inminente y con los días contados
La reciente toma de posesión de Nicolás Maduro para un tercer mandato presidencial en Venezuela, el 10 de enero de 2025 ha sido vista como un Golpe de Estado, lo que ha intensificado las tensiones internacionales y regionales.
La comunidad internacional ha cuestionado la legitimidad de esta reelección, señalando irregularidades en las elecciones de julio de 2024 y denunciando la falta de transparencia en la publicación de los resultados electorales. La respuesta de Estados Unidos no se ha hecho esperar incrementando la recompensa por información que conduzca a la captura de Maduro de 15 a 25 millones de dólares, imponiendo además nuevas sanciones contra altos funcionarios de su gobierno.
Esto podrá traer consigo una gran presión psicológica y desconfianza entre altos funcionarios y aliados cercanos, temerosos de posibles traiciones.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se anticipa un endurecimiento de la política exterior estadounidense hacia Venezuela. Durante su campaña, Trump expresó su apoyo a los líderes opositores venezolanos, refiriéndose a ellos como "luchadores por la libertad", y criticó duramente al régimen de Maduro. Es previsible que su administración adopte medidas más agresivas, que podrían incluir sanciones económicas más duras que las sanciones existentes para incluir sectores clave de la economía venezolana, como el petróleo, con el objetivo de asfixiar financieramente al régimen y presionarlo para que ceda el poder.
En cuanto a lo político se observa un apoyo total a la oposición venezolana en respaldo al líder opositor Edmundo González Urrutia, a quien varios países ya consideran el legítimo ganador de las elecciones de 2024.
A raíz de todas estas situaciones no es descabellado pensar en un conjunto de operaciones encubiertas destinadas a desestabilizar al régimen de Maduro, incluyendo apoyo a movimientos insurgentes o ciberataques contra infraestructuras críticas. Así mismo una permanente presión diplomática multilateral que derivará en la conformación de una coalición internacional que incluya a países de Europa y América Latina para aislar diplomáticamente a Venezuela, retirando embajadores y suspendiendo relaciones diplomáticas. Será casi que inminente un mayor aislamiento internacional y el fracaso económico absoluto para Venezuela.
Hasta el presidente Gustavo Petro parece estar en contra del régimen de Maduro, Petro debe caminar por una línea muy delgada con mucho tino, pues enfrenta un complejo desafío en este contexto. Aunque el gobierno de Colombia ha mostrado simpatía hacia Maduro en el pasado, su postura reciente ha sido más diplomática, evitando mostrar un respaldo explícito al régimen venezolano, incluso abogando por la publicación de las actas electorales para verificar la legitimidad de las elecciones. Al presidente Petro le ha tocado tomar esta posición contra el régimen de Maduro, esto para no afectar la ya debilitada imagen de él y del Pacto Histórico ad-portas de las venideras elecciones presidenciales.
Como quien dice, les toca pisar pasito frente a semejante embuchado que le metió le presidente Maduro al mundo entero. La combinación de una política estadounidense más agresiva hacia Venezuela y la posición tímida del gobierno colombiano, crea un entorno geopolítico complejo. El presidente Petro tendrá que caminar con mucho cuidado buscando una postura que defienda los intereses nacionales colombianos sin alinearse con un gobierno ilegitimo que va de capa caída frente a toda la comunidad internacional.
En conclusión, el escenario más negativo para Maduro derivará en un colapso interno acelerado por deserciones en el círculo de poder y un aislamiento internacional total. Las recompensas por su captura, aunque no son el único detonante, contribuirán en generar tensiones internas y desconfianza, generando un caos total en el régimen.
Sin embargo, no es probable que estas recompensas por sí solas deriven en la caída inmediata de Maduro, pues este cuenta con millonarios recursos y alguna protección desde Rusia, China o Irán. A la final será el conjunto de factores el que lleven a este régimen a una inminente caída, los días están contados.