Cuidado con diciembre
Llegó diciembre con su alegría, para muchos, el mes mas importante del año; pues estas fechas son sinónimo de unión familiar, un importante espacio espiritual, vacaciones, anhelos y expectativas para el año que viene y el momento para cerrar lo que haya sido el año que se va. Sin embargo, diciembre también es un mes que trae consigo riesgos que son conocidos, evidentes, latentes y pese a ello, aún no tenemos la conciencia suficiente para evitarlos.
Uno de ellos es la pólvora. Es increíble que después de todo lo que ha pasado con el uso irresponsable de la pólvora y los miles de heridos que ha dejado, se siga cometiendo el mismo error.
Hasta el viernes pasado y transcurridos 6 días del mes, ya son 84 los lesionados por quemaduras ocasionadas por pólvora en el país, así los señala el documento Vigilancia Intensificada de Lesiones por Pólvora Pirotécnica realizado por el Instituto Nacional de Salud (INS). Entonces me pregunto: ¿Cuántos serán cuanto termine la época de fin año?
Ahora, ¿Qué podemos decir del resultado que ocasiona el exceso de alcohol? Según datos de la Secretaría de movilidad de Ibagué, hace una semana y a tan solo 2 días de haber iniciado el mes, agentes de tránsito sancionaron a 11 conductores alicorados. Así mismo, se registraron siete accidentes de tránsito, con ocho personas lesionadas. Según el Sistema Integrado de Información de Tránsito (Simit), a octubre de este año, 1.652 conductores fueron sancionados por manejar bajo los efectos del licor en todos sus grados y en Bogotá para el mismo periodo, se han presentaron 376 accidentes en dónde se han visto involucrados ciudadanos que conducían en estado de embriaguez, en estos hechos se reportaron el fallecimiento de 25 personas.
¿Qué mas tiene que pasar para que al fin tomemos conciencia de las consecuencias de ser imprudentes y no medir los efectos de nuestra conducta? Todos tenemos claro lo que significa esta fecha, que histórica y culturalmente es importante para los colombianos, puesto que es una temporada de felicidad que no tiene porque ser opacada con el sufrimiento y la tristeza de estar pasándola en un hospital o en una cárcel; pensemos en nosotros mismos, en nuestras familias y en las de los demás, si una pesadilla de estas se hace realidad.