Alcaldesa, menos luces y cámara, y más acción
Quiero comenzar esta columna resaltando la importancia de comunicar de manera efectiva la gestión pública y de gobierno. La experiencia me ha demostrado que lo que no se comunica, es como si no se hiciera, y en este mundo en donde imperan las TIC, resulta necesario adaptarse a esas formas de lenguaje y nuevos canales de difusión.
Sin embargo, existe una delgada línea entre lo que debe publicarse y lo que no. Al igual que pasa en un medio de comunicación en donde hay informaciones que nunca ven la luz pública por falta de rigor o simplemente porque no son importantes o 100% verificables, también debe suceder en la comunicación política o de gobierno. Un político cualquiera, gobernante o candidato, debe entender que lo que la gente espera de ellos, es cercanía y una alta capacidad de escucha, y eso no puede recaer completamente en las redes sociales.
A raíz de los últimos vídeos filtrados por la Alcaldía de Ibagué se puede inferir que su equipo de comunicaciones tiene muy claro que es necesario estar publicando constantemente las gestiones, y hasta ahí todo bien. No obstante, la forma de querer mostrar autoridad o imponer el respeto de la alcaldesa Johana Aranda ha sido equivocada, pues parece más una puesta en escena que cualquier otra cosa. Los regaños a los contratistas a los que la misma alcaldesa llamó flojos y corbatas, y que quedaron grabados hace algunas semanas, así como el despido de la ex gerente de la USI: Aura María Acevedo, a quien Aranda le dijo mentirosa en un video difundido ampliamente en redes sociales, no hablan bien de la alcaldesa, porque como dice el viejo y trillado refrán “Se corrige en privado y se felicita en público”.
Hoy en día Aranda tiene más fama de “Tiktokera” que, de gobernante, y ni siquiera es por falta de gestión, porque hay cosas en las que la mandataria ha sabido maniobrar, como es el caso de la entrega del acueducto complementario, la culminación de las piscinas de la 42 ,y la mejoría en el flujo del tránsito a raíz de los cambios de sentido en la Pedro Tafur y la glorieta del Éxito; sino por la forma en que se están comunicando ese tipo de acciones que deberían tener que ver más con lo que espera la ciudadanía de su alcaldesa como persona: humilde, cercana, y transparente, y no alguien que regañe y descalifique a sus colaboradores en público, aun cuando pueda tener la razón.
Tampoco han caído bien los constantes cierres de establecimientos comerciales que han incumplido las normas sanitarias en la ciudad, y no ha sido por los motivos porque todos esperamos ir a comer a un lugar con las condiciones de salubridad adecuadas, sino por la forma en que se han comunicado esos cierres al tiempo en el que se promueve la visita a otros que sí cumplen, como si se tratara de sugerir que otros son mejores, quizás por el renombre o la cercanía de sus dueños o socios con la administración de turno.
Alcaldesa: por favor menos luces y cámara, y más acción, y el mensaje es hacía usted como primera autoridad del municipio, pues la experiencia también me ha dicho, que muchas veces quienes manejamos temas de comunicación, sugerimos y asesoramos según los conocimientos, pero el asesorado termina haciendo todo lo contrario.
Queremos ver a una alcaldesa y a sus colaboradores alejados de las polémicas y los shows, y más enfocados en el cumplimiento del Plan de Desarrollo y la ley. Si bien las redes sociales y la imagen en ellas son importantes, no queda bien ver a todos los secretarios de despacho, directores y contratistas, comentando cuanto vídeo o noticia sale publicada, sea para alabar el gobierno o para atacar al periodista o al medio que publica una nota. Recuerden que el silencio también es una respuesta, y a veces es mejor callar sabiamente, que gritar o vociferar como hacen los necios.