¿Son realmente importantes los reinados folclóricos en la Colombia contemporánea? Esta pregunta puede parecer trivial para algunos, especialmente en un mundo donde la globalización parece dominar cada aspecto de nuestras vidas. Sin embargo, un análisis desde múltiples disciplinas académicas podría ayudarnos a develar que más allá de un certamen; estos espacios dinamizados de manera acertada, facilitan la reinterpretación de nuestras identidades, desafían normas de género, preservan y reconfiguran tradiciones y fomentan la cohesión comunitaria.

Abordar estos eventos desde una perspectiva multidisciplinar, será mi reto en este texto. Desde el enfoque de los estudios culturales, los reinados folclóricos se configuran como espacios de resistencia simbólica y cultural en un entorno global cada vez más homogeneizado. Estos eventos difunden y divulgan las culturas de cada territorio y también actúan como narrativas vivas que articulan y reafirman identidades locales. Por ejemplo, el Reinado Nacional del Bambuco en Neiva, el Carnaval de Barranquilla y nuestros reinados en el marco del Festival Folclórico Colombiano en Ibagué, no solo preservan tradiciones ancestrales, sino que las recontextualizan en la actualidad, estableciendo un diálogo continuo entre lo que un día fue y lo que es en el presente.

Ahora bien, es importante conocer también la visión de los estudios de género, analizando los reinados folclóricos como espacios donde se puede observar tanto la perpetuación como la transformación de las normas de género. Históricamente, estos eventos han exaltado una feminidad basada en cánones específicos de belleza y comportamiento, reforzando roles de género limitantes. Empero, las últimas décadas han visto una notable transformación en la manera en que estos eventos son percibidos y vividos. En la Colombia contemporánea, las mujeres utilizan estos espacios como plataformas para abogar por causas sociales, demostrar su talento y liderazgo, y desafiar los estereotipos de género prevalecientes. Este enfoque disruptivo revela cómo los reinados pueden convertirse en espacios de empoderamiento y transformación social, donde las mujeres reescriben las narrativas de género y reclaman una mayor agencia en la esfera pública.

Desde una perspectiva antropológica, los reinados folclóricos son vistos como mecanismos esenciales para la preservación y transmisión de tradiciones, sin embargo, si deconstruímos esta idea desde un enfoque innovador, se puede apreciar cómo estos eventos facilitan la creación de nuevas identidades culturales híbridas. Los antropólogos tradicionales han estudiado cómo los rituales y ceremonias asociados a los reinados encapsulan conocimientos y prácticas culturales transmitidas de generación en generación. Sin embargo, un enfoque radical sugiere que estos eventos también pueden actuar como laboratorios culturales donde se experimenta con nuevas formas de expresión y se negocian identidades en constante transformación. En el Carnaval de Barranquilla; retomando el ejemplo del inicio,  se observa una fusión de influencias africanas, indígenas y europeas que da lugar a nuevas formas de identidad cultural, reflejando la diversidad y la creatividad de las comunidades que participan de sus manifestaciones.

Para finalizar, desde la sociología, es fundamental entender cómo los reinados folclóricos contribuyen a la cohesión social y a la construcción de comunidades, pero también cómo estos eventos reflejan y desafían las jerarquías y las dinámicas de poder. Tradicionalmente, se han visto estos eventos como momentos de encuentro y celebración colectiva, donde se refuerzan los lazos sociales y se construyen redes de apoyo. No obstante, es importante destacar cómo los reinados pueden ser espacios de contestación y transformación social. Los reinados folclóricos ofrecen una plataforma para que las comunidades y las voces subrepresentadas se expresen y desafíen el status quo con el fin de promover el cambio social y facilitar un diálogo crítico sobre las desigualdades y las injusticias sociales.