El 41% de los colombianos encuestados afirman conocer a una mujer que vive en situación de violencia
En Colombia, la violencia de género representa un grave desafío para la garantía de los Derechos Humanos, afectando especialmente a las mujeres. Con el propósito de comprender la percepción social sobre esta problemática, Profamilia realizó el test "Del dicho al hecho" el cual tuvo como objetivo explorar dos aspectos clave: el rol de cada persona frente a la violencia y analizar cómo los dichos y refranes pueden perpetuar las violencias de género.
El test realizado en conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer y sus 16 días de activismo reflejó avances bastantes positivos para la sociedad colombiana.
El rol de las personas frente a la violencia
Cada persona representa un rol activo en la erradicación de la violencia contra la mujer, independientemente del vínculo o espacio que se comparta con ella. Ya sea como amigo/a, familiar, compañero/a, jefe o incluso desconocido/a, cada acción contribuye a un cambio significativo.
Es crucial reconocer la responsabilidad individual, comprendiendo que el cambio comienza en las actitudes, los comportamientos y los cuestionamientos personales. El estudio demuestra que, con el paso de las generaciones, estos aspectos han ido evolucionando. No obstante, persiste un desafío significativo con los adultos mayores, quienes, en su mayoría, continúan adheridos a normas culturales y costumbres que, de manera consciente o inconsciente, contribuyen a perpetuar este tipo de violencia.
Este contexto adquiere mayor relevancia al considerar que el 41,17 % de los encuestados afirmaron conocer a una mujer que vive en situación de violencia. Este dato resalta cómo la violencia contra la mujer, aunque cada vez es más reconocida, sigue siendo una realidad alarmante que exige atención urgente.
¿Cómo los dichos y refranes pueden contribuir a reforzar la violencia de género?
Por otro lado, el estudio reveló cómo ciertos refranes siguen alimentando creencias que normalizan la violencia de género. A continuación, algunos de los más populares y el impacto de su aceptación:
“En pelea entre marido y mujer, nadie se debe meter”
En Colombia, el 79 % de los encuestados reconoce el hogar como el principal escenario de violencia, lo que resalta el hogar como un espacio donde se perpetúan prácticas de abuso y violencia de género.
“Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”
Este dicho lo respalda el 36 % de los participantes, particularmente mujeres adultas. Esto es un reflejo de que ciertas expresiones continúan siendo parte del lenguaje cotidiano, teniendo una fuerte influencia cultural.
“Cuando una mujer dice no, en realidad es un sí”
El 61 % de las personas rechazaron este refrán mostrando que existe una creciente conciencia sobre la importancia del consentimiento y el respeto hacia las decisiones de las mujeres.
Cambio de perspectiva
El estudio demuestra que se está logrando un cambio significativo en las actitudes y creencias hacia la violencia de género. Las generaciones más jóvenes están desempeñando un papel crucial en la transformación de las actitudes hacia los estereotipos tradicionales y dinámicas de poder desiguales. Esta nueva perspectiva ha contribuido a la disminución de la aceptación de creencias que alguna vez fueron consideradas normales, como el ver los piropos en la calle como una forma de halago o el aceptar las diferencias salariales injustificadas entre hombres y mujeres.
Un dato alentador es que el 95 % de los encuestados se muestra en disposición a asumir un papel activo en la lucha contra la violencia hacia la mujer. Este compromiso refleja una conciencia creciente sobre la importancia de erradicar estas estructuras sociales que perpetúan la desigualdad de género. “La violencia de género es una realidad que impacta la vida de millones de niñas, jóvenes y mujeres en Colombia. Debemos dejar de ser espectadores y sí más conscientes, más autocríticos porque en lo que pensamos, decimos y hacemos a diario, se esconden factores que siguen acentuando las violencias basadas en género. “Podemos cambiarlo, pasar del dicho al hecho!” aseguró Marta Royo, directora ejecutiva de Profamilia.
La entidad cuenta con un modelo de servicio y atención integral para la recuperación de la salud física, emocional y social de las víctimas de cualquier forma de violencia, en especial de violencia sexual, y otros tipos de violencia producidas por las relaciones con desigualdad de género.