Frente a los hechos que han mantenido los ojos del país puestos en el desenlace de esta emergencia, se busca que la situación no empore y se corrija el grave daño que sufran costosos equipos que no habían entrado en operación, pero, sobre todo, del grave daño ambiental junto al riesgo que corren muchas vidas en comunidades ubicadas aguas abajo de la represa de Ituango.

“Desafortunadamente se están conjugando una serie de factores que están poniendo en peligro a una serie de comunidades y a un proyecto que en estos momentos es la insignia del sector eléctrico nacional; Ituango se desarrollaría en dos fases, la primera de mil 200 megavatios, prevista para el año 2018 y una segunda con mil 200 para el 2020, se constituía en el proyecto hidroeléctrico más grande del país, por encima del Quimbo, el Guavio, Hidro Sogamoso y todas las otras centrales del país; la naturaleza es así y por ahora sería prematuro emitir juicios sin tener un análisis de lo que ha pasado y desde mi óptica, creo que EPM está haciendo lo que debe hacer, como prioridad preservar y proteger a las comunidades ubicadas aguas abajo del proyecto pero la decisión de la Casa de máquinas, debió ser muy difícil y de muy alta responsabilidad para asumir lo que se decidió al inundar unos equipos que estaban listos para entrar a operar”, expresó el experto.

Dijo que en lenguaje común fue como si en la casa de una persona se presenta un taponamiento del sistema hidráulico, se deja escapar el agua por el sala donde están los electrodomésticos como el televisor, la nevera, los otros enceres, corriendo el riego de que quedaran inservibles.

“Al derrumbarse el túnel que estaba en uso y estando los otros dos bloqueados, no había más forma que inundar la casa de máquinas y la afectación económica que esto le representa al proyecto va a ser muy cuantiosa, pero por encima de cualquier consideración, están las vidas humanas, pero para el proyecto será un gran golpe cuando de 15 mil quinientos megavatios de energía instalados en la actualidad en Colombia, este proyecto estaría generando cerca del 20 por ciento de la energía del país y se iban a adicionar al sistema en los próximos cuatro años y ojalá no vayamos a tener escasez o racionamiento por la no entrada de operación a tiempo de Ituango que era parte de un compromiso a través del sistema denominado cargo por confiabilidad”, agregó.

Expresó que debemos ser conscientes, lejos de juicios tempranos y de utilizar este tema para fines políticos, porque se trata de una empresa colombiana y que por el bien de las comunidades y de la protección de la vida, se pueda superar esta crisis y ojalá el proyecto se pueda concluir.

“Lo que se debe es seguir actuando con celeridad y tomar las medidas necesarias en las riveras del Cauca y del Magdalena, que es donde finalmente tributa sus aguas el río Cauca, en poblaciones aguas abajo hasta barranquilla donde es su desembocadura; de estas cosas hay que aprender que debemos hacer un mejor uso de los recursos pero tenemos hacer un viraje hacia el tema de las energías renovables y la misma naturaleza, nos está dando señales para utilizar otras fuentes de en zonas tan promisorias como la guajira, con potencial de energía eólica y solar, porque hay recursos naturales disponibles en el país, donde extranjeros conocedores del tema, no se explican por qué no los hemos explotado ni los estamos utilizando aún, más cuando las hidroeléctricas cada vez representan más dificultades en lo social, lo ambiental y el alto costo financiero frente a esas otras alternativas pero la naturaleza a veces es indomable y ella misma nos ofrece otras opciones, ya es tiempo de utilizar esos grandes recursos que poseemos, concluyó.