Los dos periodistas ibaguereños se encontraban disfrutando de un merecido descanso, disfrutando una cena cerca de Makro en un restaurante llamado Max Wings. Cuando terminaron de disfrutar su comida, se disponían a abordar su vehículo y se percataron de movimiento extraño de las autoridades alrededor de su automóvil.

Al preguntar la razón de porque tantos guardas de seguridad y agentes de la policía Metropolitana estaban mirando su carro, se percataron que los amigos de lo ajeno habían roto el vidrio trasero de su vehículo y se habían cargado con todas las pertenencias que habían dejado adentro ya no estaban.

Autoridades de la policía Metropolitana llegaron al lugar para inspeccionar los hechos y realizaron el avaluó de los elementos hurtados lo cual esta aproximados en cuatro millones de pesos, entre los que se encuentran memorias USB, una cámara fotográfica profesional, 600 mil pesos en efectivo, además de material que solo les sirve a ellos para su trabajo.