A diferencia del tabaco y el papel que recubre el filtro, los filtros no son biodegradables y no existe un sistema de recogida masiva actualmente.

Según la organización estadounidense Cigarrete Butt Polution, son el ítem de basura más recogido anualmente en las playas del mundo.

Globalmente cada año se venden alrededor de 5,6 billones de cigarrillos, de estos el 99% tiene filtros, los cuales contienen acetato de celulosa que es el químico dañino para el medio ambiente.

Un tercio de estos son botados en la calle, a veces por causa de estos se producen incendios, además de lastimar la fauna y la flora.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cigarrillo mata a la mitad de sus usuarios, eso significa unas 5 millones de personas anuales en el mundo, que son fumadoras directas y alrededor de 1 millón son afectados indirectos.

Adicionalmente, existen 4.000 químicos en el humo de tabaco de los cuales 250 son dañinos y 50 de estos producen cáncer.

¿Qué alternativas hay para los flitros?

Hace dos años, en el diario académico Nanotechnology, profesores de la Universidad Nacional de Seúl, Corea propusieron un supercondensador alimentado por colillas de cigarrillo. Estos generan altas cantidades de energía y más velozmente que otro tipo de baterías.

El componente de los filtros, acetato de celulosa, tiene altas cantidades de carbono que pueden ser utilizadas como combustible del supercondensador.

Los filtros tienen que quemarse a una temperatura de 900 grados durante dos horas en un lugar libre de oxígeno. Así las colillas se convertirán en un material de alto rendimiento.

Otra propuesta, es implantar un sistema de recogida donde los propios fabricantes tengan que hacerse cargo de ellas, como funciona con aparatos electrónicos o pilas.

También se han creado soluciones químicas que disuelven los filtros, se convierte en un material parecido al plástico que sirve para repuesto de carros o hacer productos como sillas o mesas.

Un proyecto de una diseñadora chilena, Alexandra Guerrero, convierte las fibras de los filtros en ropa. Estas se recolectan, se purifican, se tiñen y se mezclan con lana de oveja.

Además, existen proyectos de ley que castigan a las personas por botar colillas en la calle,como sucedió en Francia hace 4 años. Pero, según la OMS, se identificó que solo 1 de cada 3 países monitorea el consumo del tabaco actualmente.

Sin embargo, la reducción de colillas también se puede dar por un menor consumo de cigarrillo ayudado de políticas como los efectos del cigarrillo en todas las cajas o la prohibición de propagandas de las marcas tabacaleras.

Los impuestos al tabaco también han sido un mecanismo que ha mostrado ser efectivo, en Colombia actualmente se está proponiendo un proyecto de ley en donde el impuesto al tabaco suba un 185%.

Fuente Revista Dinero (Leer Nota Original)