Las autoridades locales entregaron un balance positivo luego del partido de ida por la gran final del fútbol profesional colombiano entre Deportes Tolima y Atlético Nacional, disputado en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué.

El evento reunió a más de 20.300 espectadores en una jornada que, pese a algunos incidentes aislados, se destacó por el buen comportamiento general de la hinchada tolimense, quienes vivieron la fiesta del fútbol en paz.

Sin embargo, se registraron algunas situaciones reprochables, como el lanzamiento de botellas y otros objetos hacia los jugadores del equipo antioqueño al finalizar el partido, lo que empañó parcialmente el ambiente del encuentro. Además, un grupo de infiltrados tuvo que ser retirado de la tribuna norte por motivos de seguridad.

Por otro lado, algunos asistentes manifestaron su descontento con la logística y el control en la entrada a la tribuna norte, especialmente en lo que respecta al acceso de familias y niños. Uno de los asistentes expresó:

"¿La logística para cuándo? Mi papá viene con mis sobrinos, mi niño, mi abuela, y llegan desde las dos de la tarde, pero no dejan entrar niños. Todo el año viniendo a norte, y ahora, ¿qué pasó? Se están colando y no hay nadie que controle".

Pese a estas situaciones, las autoridades reportaron resultados positivos en el operativo de seguridad, incluyendo:

• La imposición de siete órdenes de comparendo en cumplimiento de la Ley 1801 de 2016.
• La incautación de más de 106 bengalas pirotécnicas, asegurando la protección de los asistentes.

Las autoridades reiteraron su compromiso con mejorar la logística y garantizar un ambiente seguro y organizado en futuros eventos deportivos, especialmente en el próximo partido de vuelta de la gran final.