¿Pierde o gana Ibagué con la consulta minera?
Como me enseñaron en las aulas del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde me gradué como Doctor en Derecho y me especialicé en Derecho Administrativo, las sentencias de los jueces se respetan, pero pueden y deben ser analizadas, incluso criticadas con respeto, argumentos jurídicos y lógicos.
Aunque no conozco el texto del pronunciamiento del H. Tribunal Administrativo del Tolima, que según noticias declaró la constitucionalidad de la consulta popular sobre minería en la ciudad de Ibagué, en decisión dividida con cambio de ponencia y en consecuencia, salvamento de voto, es de imaginar que acudieron a la desueta y proscrita tesis avalada por el mismo ente, frente a lo ocurrido en el municipio de Piedras, sin tener en cuenta que mucha agua ha pasado por debajo del puente y que hoy, dichas consultas han sido declaradas inconstitucionales por otros Tribunales del país, con argumentos válidos y actualizados.
Dejando constancia que soy amigo de la minería legal y que no lo soy de la explotación a cielo abierto sin el lleno de garantías legales, ambientalistas y técnicas, analizo lo acaecido desde el punto de vista académico como conocedor de las normas, jurisprudencia y de la lógica. En columna anterior hice un análisis jurídico y actualizado sobre el tema, lo cual me releva de repetirlo.
Lo cierto es que desde ya se anuncian tutelas en contra de la providencia, encabezadas por el ex Magistrado y Ex Ministro, tratadista sobre el tema y profesor de pre y postgrados en varias universidades Doctor GUILLERMO REYES y otros ilustres juristas, ante el Consejo de Estado, donde se encuentra como presidente el fundador de una organización que ha defendido a ultranza la consulta en Ibagué, pero que seguramente no tendrá injerencia en el tema, por la imparcialidad que deberá mantener y la independencia de los magistrados.
Y al responder la pregunta del título de esta columna, la respuesta contundente es IBAGUÉ NO GANA…PIERDE Y PIERDE MUCHO, debido a varios aspectos a saber:
Pierde Ibagué por cuanto la consulta tiene un costo exorbitante superior a los 12 mil millones de pesos, que deberá sufragar en compañía de la Registraduría Nacional, lo que es grave para nuestras escasas arcas públicas.
Pierde Ibagué ya que con ese dinero se pueden construir varias instalaciones de las instituciones educativas para la jornada única que tanto ha cacareado el alcalde de Ibagué y realizar otras obras tan necesarias y más urgentes que consultas ajenas.
Pierde Ibagué pues si no teníamos alcalde, por lo menos en estos 4 meses no ha hecho nada, sino improvisar, ahora su ego se acrecentará y su populismo será visible en todos los rincones haciéndole campaña a esa consulta.
Pierde Ibagué pues Anglo Gold Ashanti no tiene dentro de sus planes realizar ninguna explotación minera en Ibagué, sino en Cajamarca.
Pierde Ibagué, pues todos los pobres subalternos del alcalde, a grito herido deberán hacerle campaña a la consulta, dejando a la ciudad, su administración y progreso al garete.
Pierde Ibagué, ya que cuando se prohíbe algo, se vuelve más llamativo, ahora se incrementará la minería ilegal en la ciudad, que ya existe, debiendo haber sido combatida, ahora nos distraeremos en la de Cajamarca.
Pierde Ibagué, pues serán dos o tres meses de desgobierno total, peor de lo que hoy ocurre.
Pierde Ibagué, que queda atrasado en la aplicación de normas y jurisprudencia actualizada sobre el tema.
Pierde Ibagué, con los funcionarios y los concejales, pues ese aval, no significa que per se hayan quedado libres de investigaciones disciplinarias y penales por haber aprobado la consulta, a pesar de tantas advertencias de la Procuraduría y otros organismos nacionales e internacionales y deberán dedicarse a su defensa de tantos problemas legales que ya tienen.
Pierde Ibagué, por el peso grande que tendrá que sobrellevar con una consulta que a nada conducirá, pues la minería en Cajamarca continuará, quedando como unos estúpidos que podríamos entonces, realizar un plebiscito para tumbar al presidente de Venezuela, para el caso es idéntico.
No veo, salgo mejor opinión, una sola ventaja y los ambientalistas deberán explicarme cuál es la finalidad y que prerrogativas tiene para una ciudad donde no se va a ejecutar ninguna exploración ni explotación minera.
¡Pobre mi ciudad!