La publicación de un proceso licitatorio - el primero de la presente administración- por parte de la Alcaldía de Ibagué para adjudicar el servicio de vigilancia del edificio de la Entidad y algunos otros en donde se desarrollan actividades administrativas locales, deja translucir algunos datos interesantes. Al revisar las exigencias que hace el Municipio a quienes pretendan participar en la licitación, se incluye una bastante singular. En efecto, los proponentes deben aportar una certificación de la Policía Metropolitana de Bogotá, en el sentido de que está vinculado a la red de apoyo del Distrito Capital.

Como la exigencia se torna requisito habilitante, quienes no lleven el papelito de marras no pueden participar en la licitación, vale decir el efecto de omitir la certificación no es otro que la descalificación de la propuesta. Por ello los proponentes deberán arrancar con premura a obtener el documento que acredite que hacen parte de la Red de Apoyo de Bogotá, lo que no es posible para ninguna empresa local.

No resulta claro, para que le sirve a la Alcaldía de Ibagué que la empresa de vigilancia que contrate haga parte de la Red de Apoyo de la Capital de la República, pero la inclusión de esta exigencia como requisito habilitante hace pensar a las compañías locales que los ojos de la alcaldía están mirando hacia empresas de Bogotá para adjudicarles el Contrato, lo que podría calificarse desde ya como un “Chaleco” capitalino.

Quiera Dios que el desaguisado tenga su origen en un lamentable caso de copy page en el que haya incurrido el llamado kínder de Guillermo Alfonso, al hacer uso de la memoria en la que trajeron grabados varios documentos de la Bogotá Humana, entre los que se cuenta: el Plan de Desarrollo de la Bogotá de Petro, el POT declarado nulo por la justicia administrativa y el exitoso modelo de basuras. Se les sugiere eso si en lo sucesivo, cambiar la palabra Bogotá y sustituirla por la palabra Ibagué.